C. JIMÉNEZ

El plan de usos de la antigua fábrica de Tabacalera, en Cimadevilla, obligará a realizar un importante reordenación de la red de museos de la ciudad. El más importante de ellos será el traslado del Museo Nicanor Piñole desde su actual emplazamiento en la plaza de Europa a un edificio exento del complejo cultural del barrio alto de la ciudad que se incluirá el proyecto del denominado Museo de Gijón. El concejal de Cultura, Justo Vilabrille, confirmó ayer los planes del gobierno municipal para este espacio adonde también pasarán todas las colecciones artísticas de propiedad municipal, incluidas todas aquellas piezas que se exhiben en la Casa Natal de Jovellanos, que pasará a ser centro de estudio jovellanista, explicó el edil.

El concejal avanzó asimismo la distribución del futuro Museo de Gijón, que presentó como el equipamiento «más emblemático e importante de la ciudad», que permitirá cerrar «un círculo artístico e histórico en torno a la plaza Mayor». Contará con salas de exposiciones permanentes -donde se exhibirán los últimos hallazgos de las campañas arqueológicas- y otras de carácter temporal, así como un centro de documentación, biblioteca, aula didáctica, sala para restauración, además de recepción, tienda, cafetería, oficinas y almacén.

El plan de usos se ha trasladado al servicio municipal de Arquitectura para que realice los apuntes técnicos necesarios y abrir el proceso de licitación de las obras a lo largo del próximo año. No obstante, Vilabrille advirtió de que los plazos serán largos, y el coste, muy elevado: «El tiempo medio de construcción de un museo desde que comienza la intervención hasta que finalizan las obras es de diez años», apuntó. Y puso como ejemplo la ciudad de San Sebastián, donde la recuperación de su antigua fábrica de tabacos ronda los 18 millones de euros. El concejal eludió concretar los usos del edificio actual del Museo Nicanor Piñole, aunque en alguna ocasión ya se había hablado de aprovechar este céntrico inmueble como escuela de bebés.