J. L. A.

Los editores asturianos presentes en el VII Salón del Libro Asturiano, que se celebró en Begoña desde el 20 al 30 del pasado mes de agosto, están satisfechos con los resultados de una cita sobre la que pesaba, también, la sombra de la crisis económica. Según los datos ofrecidos ayer por los organizadores, más de seis mil personas pasaron, durante esos diez días, por la carpa instalada frente al teatro Jovellanos. «Esta edición ha sido, sin duda, la más visitada», explicaron.

Más público que en años anteriores y unas ventas aceptables, siempre según las mismas fuentes, después del descenso del 25,5 por ciento que se registró en la edición de 2008. Muchos visitantes, además, eran de fuera del Principado.

Los libros más vendidos en lengua asturiana han sido los de poesía, un género que tiene un público fiel pero que no suele registrar ventas tan altas como, por ejemplo, la novela. Una singularidad, pues, que contribuye a hacer de esta feria gijonesa una excepción. Los editores asturianos reunieron en la carpa de Begoña fondos a los que es difícil acceder salvo en librerías especializadas.

Los libros en castellano dedicados a la cocina tradicional asturiana también tuvieron una destacable demanda. Los organizadores subrayaron, asimismo, un incremento en la venta de guías de Asturias redactadas en francés y alemán.