Dibujante y guionista de cómics

María IGLESIAS

Santi Arcas tiene claro qué lugar debe ocupar un tebeo en las estanterías de una biblioteca, porque «un cómic no es un género, sino un medio repleto de géneros». El dibujante y guionista empezó a publicar en España hace once años y tres después ya preparó un proyecto para Francia. Ahora trabaja para la industria norteamericana, en DC cómics, con «un estilo más convencional», aunque suplica a sus fans que no le maten por ello.

-El dibujante Russ Heath dijo que cada vez se contrata a más gente que sabe dibujar, pero no contar historias.

-Cuando él empezó la gente tenía más base. Lo que pasó a partir de los noventa fue que surgieron dibujantes en el mercado americano que no tenían un concepto global de lo que era un cómic. Sabían hacer algo eficientemente bien, que les gustara a los lectores, posturas y dibujos impactantes, pero no sabían contar una historia, no sabían transmitir una escena de diálogos. Ahora hay gente muy buena, pero han perdido el concepto global del cómic. En Europa no sucede tanto.

-¿Hacia dónde se dirige la industria del cómic?

-No lo tengo claro. El tema de videojuegos y multimedia no se está desarrollando tanto como se podía esperar. Sí hay un camino que se está abriendo en los últimos años sobre un cierto reconocimiento de que el cómic no es sólo una cosa de evasión, y está empezando a tener más presencia en medios culturales y librerías.

-¿Cómo se podría aumentar esa presencia?

-Existe un Premio Nacional de Cómic que lo sitúa al mismo nivel que otras artes escénicas. Eso va calando y creando la sensación de que es una alternativa cultural. Se ha retomado el término novela gráfica, que tenía otro sentido, y lo han utilizado de trampolín para lanzar el concepto de cómic como algo adulto, y lo venden como si no fuera cómic. Si la gente se siente más a gusto pensando que está leyendo una novela gráfica cuando en realidad es un cómic, no hay problema, ya se darán cuenta de que el cómic es un medio en sí y no tiene por qué ser adulto ni infantil.

-¿Siempre será una lectura minoritaria?

-Hace años no lo era, era más popular a nivel infantil, pero también era porque no había más oferta de ocio, no había internet, videojuegos... y el cómic era una alternativa. Eso no se va a recuperar porque la oferta de ocio no va a bajar, va a subir. Hay que conseguir que la gente entre en contacto con el cómic y quitar el prejuicio. Nunca va a ser un medio de masas, pero sí un medio alternativo a ir al cine. Hace falta promocionarlo y hacerlo bien. Un cómic no son sólo superhéroes y Mortadelo. Si se consigue promocionar la idea de que es un medio, no un género, se pueden conseguir muchos resultados.

-¿Se sigue considerando «frikis» a los lectores de cómic?

-Sí, en general sí, pero la tendencia puede cambiar. Lo que pasa es que el término friki se ha vaciado de contenido, desde que se popularizó el término todo es friki. Friki significa alguien que hace lo que no hace todo el mundo, pero como todos hacemos algo diferente, todos podemos ser frikis de algo.

-¿España llega un paso tarde al mundo del cómic?

-Es posible que vaya incluso por delante. Vamos por detrás de Francia, pero en EE UU el prejuicio hacia los cómics es igual o superior que aquí. Realmente porque allí responde al estereotipo que la gente tiene del cómic, la mayoría son superhéroes. Aquí hay mucha variedad, pero la gente no lo sabe. Si va a existir ese cambio de mentalidad, se dará antes aquí que en EE UU.

-Por su experiencia como guionista, ¿se engancha antes al lector con un buen guión o con el dibujo?

-Yo lo que publiqué, durante bastantes años, era como guionista, y si no tienes un buen dibujante es más difícil venderte. El primer cómic se compra por el dibujo, el segundo por el guión. Luego también depende del tipo de cómic que sea. Si es de aventuras, el dibujo tiene un poco más de peso, pero en el cómic para adultos el guión tiene más importancia.

-¿Están en peligro de extinción las tiras de periódico?

-Para vivir de eso tienes que estar en periódicos de mucha tirada. No está muerto, pero no parece que vaya a avanzar, se ha quedado estancado. Por ejemplo, en las tiras cómicas sí existe la percepción de que puede ser una cosa más adulta, cuando es una variante del cómic.

«Nunca va a ser un medio de masas, pero sí una alternativa a ir al cine»