J. MORÁN

Una misa solemne, a las cinco de la tarde, marcará el próximo domingo la reapertura de la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, la popular Iglesiona, tras varios años de reformas y restauración. Ese día, ya no serán visibles en el atrio del templo las placas que recogían los nombres de los encarcelados en el templo y fallecidos después violentamente, a causa de la persecución religiosa de la Guerra Civil.

Tampoco las mismas lápidas se mostrarán en el interior de la Iglesiona, ya que las placas de alabastro han sido sustituidas por unas de metacrilato que recogen casi el mismo contenido que las anteriores. Su nuevo emplazamiento es uno de los muros laterales que circundan el altar mayor, a la izquierda del presbiterio. Las placas recogen los 340 nombres de cautivos y fallecidos que estaban grabados en las anteriores lápidas. En la parte superior se ha añadido una frase del Evangelio: «... pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen...». A continuación, la antigua fórmula de «Mártires de la causa de Dios y de España...» ha sido sustituida por «Mártires de la persecución religiosa en España que sufrieron cautiverio en esta iglesia».

La misa de reapertura de la Iglesiona será presidida por el obispo auxiliar y administrador diocesano de Oviedo, Raúl Berzosa. Le acompañará el obispo de Ciudad Rodrigo, el asturiano Atilano Rodríguez, ex obispo auxiliar de Oviedo. La misa solemne será acompañada por el Coro Tenebrae, de catorce voces mixtas, que interpretará a capella piezas de la polifonía sacra renacentista.

Los responsables de la basílica del Sagrado Corazón han invitado a la misa a autoridades del Principado y del Ayuntamiento. Vicente Álvarez Areces, presidente regional, que no podrá estar presente el domingo, visitará el templo en la mañana del sábado, para conocer el resultado de las restauraciones.

Sí asistirá la consejera del Cultura del Principado, la gijonesa Mercedes Álvarez. Por la parte municipal, han sido invitados los tres grupos políticos del Ayuntamiento, así como miembros del equipo de gobierno, caso de la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso; el concejal de Urbanismo, Pedro Sanjurjo, y el concejal de Cultura, Justo Villabrille.

La iglesia del Sagrado Corazón fue inaugurada en 1924 y perteneció a la Compañía de Jesús hasta 1998, año en el que los Jesuitas la cedieron a la diócesis, junto con el edificio colindante, la residencia, por la que el Arzobispado de Oviedo pagaba 50 millones de pesetas. A los pocos meses de la cesión y transacción, el Ayuntamiento ordenó colocar bandejas de protección en la fachada, por la caída de cascotes. La causa era la grieta que atravesaba el templo, cuyos cimientos han sido objeto de una operación de consolidación previa a la restauración de las pinturas interiores.