A. RUBIERA

El año 2010 parece que va a ser, sin ninguna duda, el año del quebrantahuesos en los Picos de Europa. El director general de Biodiversidad y Paisaje de la Consejería de Medio Ambiente, José Félix García Gaona, aseguró ayer que a falta de sólo unos flecos administrativos, todo está ultimado para la reintroducción en Asturias, en apenas unos meses, de una especie que desapareció del paisaje regional a mediados del siglo pasado.

«Llevamos mucho tiempo trabajando y el proyecto ya está maduro, lo que nos lleva a garantizar que el próximo verano será el de la reintroducción del quebrantahuesos en Asturias con ejemplares de los Pirineos. Es un proyecto a largo plazo, en el que no vale el esfuerzo puntual sino el trabajo constante, y por eso mismo nuestra intención es la de comenzar esa introducción con 2 ó 3 ejemplares», explicó García Gaona.

El director general indicó, además, que la presencia de estos animales en Asturias será el paso inmediato a otro también esperado: la apertura oficial de «Las montañas del quebrantahuesos», el centro de interpretación de Benia de Onís de la que se considera como una de las reinas de las aves de la Península Ibérica.

Gaona participó ayer en Gijón, en el Jardín Botánico Atlántico, en la presentación de las conclusiones del «Programa de seguimiento de la biodiversidad en espacios de montaña cantábricos de la Red Natura 2000 mediante la aplicación del GIS: Análisis de la contribución de la ganadería extensiva a la Biodiversidad». Un proyecto desarrollado por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos -con financiación de la Fundación Biodiversidad- en la que han participado también miembros del equipo científico del Jardín Botánico-Indurot-Universidad de Oviedo y del departamento de Geografía de la Universidad de Zaragoza y que tenía como objetivo «mejorar el conocimiento sobre la interrelación entre la ganadería extensiva (ovina y caprina) y la biodiversidad con el fin de promover su utilización como herramienta de gestión medioambiental en la Cordillera Cantábrica y contribuir al mantenimiento de la idoneidad del hábitat que permita la recuperación del quebrantahuesos.

El programa se desarrolló durante el último año y entre sus conclusiones está la confirmación de «la necesidad de mantener una carga ganadera mixta y distribuida como factor fundamental para mantener a largo plazo el complejo equilibrio del ecosistema cantábrico». Tanto es así, que los investigadores le pusieron ayer un epígrafe a su estudio: «conservación de la biodiversidad y ganadería extensiva: un futuro común». En el estudio se dice, además, que la capacidad potencial de los Picos para mantener una población estable de quebrantahuesos está calculada de 6 a 10 parejas reproductoras, en función del alimento que aporta la actual cabaña ganadera de ovino, caprino y la población de rebecos.