Jesuita, trabaja en EE UU con los católicos latinos

J. MORÁN

El jesuita Jesús Juan Díaz Vilar, de 70 años, fue profesor de Filosofía y jefe de estudios en el Colegio de la Inmaculada de 1975 a 1979. Después se estableció en EE UU y desde entonces trabaja en programas formativos y pastorales para los latinoamericanos católicos.

-¿Qué población latina hay en EE UU y cuál es su misión?

-Unos 40 millones, y aproximadamente un 75 por ciento son católicos. Empecé trabajando para la Conferencia Episcopal de EE UU y después he seguido con programas de formación, unos religiosos, bíblicos, y otros culturales y de valores. Se trata de que ellos encuentren una identidad como personas y católicos en una sociedad diferente en razas, lenguas, culturas, costumbres... Las cosas se van complicando en EE UU y no sólo hay una gran inmigración latina, sino oriental, de Filipinas, Corea, China... Eso tiene una repercusión muy grande en la familia. Si uno no se siente seguro de quién es, difícilmente va a tener una buena relación con la pareja y será difícil también que sea un buen educador de sus hijos. Ellos ya están en otro medio, y en una escuela en la que hay coreanos, chinos, filipinos, católicos, budistas, protestantes...

-Pero la cultura americana tiende a uniformizar.

-Hay tendencia a pensar que si hay uniformidad hay unidad, pero otros pensamos que la unidad no se da en la uniformidad, sino en la diversidad. El presidente Obama sí ve esta diversidad, porque él es parte de ella, y ve su gran riqueza. Obama lleva poco tiempo, pero es el presidente que más gente latina ha llevado a altos cargos, muchos más que Clinton o Bush. Y está empezando; esto irá a más.

-¿No es el blanco anglosajón protestante el que domina?

-Cada vez menos. Hay grupos en el centro del país que tienen esa mentalidad, pero la diversidad se impone. Alaska, por ejemplo, ya tiene muchísimos latinos y chinos. Los grandes bancos son bilingües (inglés y castellano), las aerolíneas lo mismo, y las compañías telefónicas. El norteamericano es muy pragmático.

-¿Cuál es su visión de Obama?

-Muy positiva. En este momento no está bien en las encuestas. Tiene mayoría en el Senado y el Congreso, pero algunas de sus propuestas no van adelante. Ha querido cerrar Guantánamo y no ha podido. Pero sucede que la democracia de EE UU es muy diferente a la española. Aquí se vota a partidos, no a personas, y el elegido está metido en el partido y tiene que obedecer, y si no vota con su partido le llaman tránsfuga o traidor. En EE UU no es así: cada congresista y cada senador ha tenido que hacer campaña personal para ser elegido y no tiene que ser fiel al partido en las votaciones. Votan libremente y no van a ser llamados traidores. Y ponen la vista en los ciudadanos que le votaron; si quieren ser reelegidos tienen que responder a las expectativas de sus votantes. La democracia española se parece más a una secta en la que cada uno tiene que repetir lo que dice el líder.

-¿Qué supone esto en Obama?

-Ocho presidentes han intentado crear la Seguridad Social. La primera potencia del mundo no la tiene y hay millones de personas sin seguro médico, muy caro. Yo tengo un seguro privado que me cuesta unos 500 euros mensuales, y una familia anda por los 1.500 o 2.000 euros al mes. Lo que quiere hacer Obama es un gran servicio para el pueblo, pero hay senadores y congresistas muy interesados por las compañías privadas, porque se les puede marchar el negocio. Ha desgastado mucho la imagen de Obama una propaganda de millones de dólares metiendo miedo a la gente: que si los van a dejar morir en su casa, que si van a estar en listas de espera dos o tres años... Sin embargo, él va a ser el único capaz de hacerlo, aunque su mismo partido tiene miedo a votar los programas que está proponiendo.

-¿Cómo es Obama, según usted?

-Muy tenaz y con una gran seguridad en sí mismo. En las primarias, él y Hilary Clinton llegaron a extremos muy agresivos, sobre todo por parte del equipo de ella. Normalmente, el candidato que gana deja al otro de lado, pero fue sorprendente que Obama llamara a Hilary Clinton para ser secretaria de Estado. Esto sólo lo hace quien tiene una gran seguridad en sí mismo. Obama es positivo objetivamente. Es un político con carisma y que inspira esperanza. Ha dado un giro total a la política norteamericana unilateral. Ellos se bastaban a sí mismos para la guerra de Irak o de Afganistán. Obama es multilateral y quiere dialogar con todos. Ha sido un gran cambio y hay quien pregunta: ¿por qué le dieron el Nobel si todavía no hizo nada? Sí lo ha hecho: dar el vuelco a la política exterior.

-¿Y el futuro, el desgaste, Yemen?

-Habrá que ver la reacción de la gente cuando saque adelante la Seguridad Social, que si no pasa una cosa rara será pronto. A nivel doméstico también ha ganado la batalla de los fondos para levantar la economía, y los índices van a mejor. Pero quedan muchas amenazas en las guerras de Irak y Afganistán y en el terrorismo. El avión que intentaron derribar en Detroit es carnaza para la oposición, que acusa a Obama de haber descuidado la seguridad nacional. Pero creo que Obama sigue teniendo prestigio y la gente sigue teniendo confianza en él. Claro que hay gente que no soporta que una persona de color sea presidente. Pero, a pesar de todos los problemas raciales, ha sido posible que un negro sea presidente. Eso ha creado impacto en las escuelas, por ejemplo: un niño chino, un coreano, un latino pueden ser presidentes en el futuro.

-¿Obama y el aborto?

-Eso es lo que más le separa del catolicismo. Soy antiaborto por mi fe y por mi experiencia (un médico le dijo a mi madre que abortara; no lo hizo y yo estoy aquí). Hay que buscar alternativas. En EE UU hay dos grupos: los «pro choice» -que la mujer elija- y los «pro life», que defiende la vida. Pero, de hecho, no es así. Si yo defiendo la vida me pondré en contra de la guerra, de la pena de muerte, del aborto y a favor de programas sociales que ayuden a que la gente viva confortablemente en esta tierra. E invertiré todo lo que pueda en educación o en salud. Clinton dictó leyes que favorecían el aborto y Bush las suprimió, pero hubo muchos más abortos en su etapa porque Clinton abrió también programas sociales y Bush cerró el aborto y esos programas sociales.

-Su agenda en este momento.

-Soy un educador sin asignatura y aula fijas. Estoy viajando continuamente. Este 2009 he volado más de 300.000 kilómetros. Doy conferencias de formación y encuentro buena acogida en los grupos que me reciben; convivo con ellos y algunas veces me alojo en la casa de algunos de los que escuchan la conferencia. Trato temas humanos. El 3 de febrero vuelvo a Nueva York, donde vivo, y al día siguiente me espera una conferencia ante 20.000 mujeres en el Centro de Convenciones de Los Ángeles. Será una conferencia-concierto, junto a la cantante Ge'La, y se titula «Ángeles y demonios en el matrimonio», sobre violencia de género, un problema fuerte entre los latinos. Hablaremos de que la mujer, ante la violencia, tiene que decir hasta aquí he llegado; y no sólo ante el esposo, ya que a veces la violencia viene del padre, y de la sumisión de la mujer. Eso la hace cómplice y ha de decir basta.

«Un seguro privado le cuesta a una familia americana entre 1.500 y 2.000 euros»

Jesús Juan Díaz Vilar

Nace en La Guardia, Pontevedra, en 1939. Ingresa en la Compañía de Jesús en Salamanca y estudia en Comillas, Granada y en el Heythrop College (Inglaterra). Es profesor de Filosofía en el Colegio de los Jesuitas de La Coruña y en el de Gijón. Desde 1979 trabaja en EE UU con programas de formación para latinos. Ha publicado unos 20 libros y otros tantos DVD acerca de las materias de formación sobre las que imparte conferencias. Es autor de la novela «Gabriela», sobre el mundo de la droga.