R. V.

Ni la lluvia ni el viento frenaron ayer a los operarios que tienen la misión de eliminar del paisaje gijonés las piezas de la abandonada e inútil pasarela que desde el 29 de enero de 1990 unía el entorno del albergue Covadonga con las dependencias de la estación de Jovellanos sobre los cuatro carriles de la entrada a Gijón por la «Y». No hay tiempo que perder ya que hoy termina el plazo previsto por los responsables de la sociedad Gijón al Norte para hacer efectiva esta actuación previa a la construcción de la estación provisional de Sanz Crespo, que facilitará la liberación de usos ferroviarios del terreno implicado en el «plan de vías».

Los curiosos que siguen la obra desde el puente de Carlos Marx podían ver ayer la inusual imagen de un Sanz Crespo que ya toca el cielo al haberse eliminado la frontera que imponía el paso elevado para peatones. La obra tiene que completarse con el desmontaje de una pequeña porción de pasarela pegada al edificio que Correos tiene en el ámbito ferroviario de la estación de El Natahoyo y con la culminación de la demolición de los pilares que sustentaban el viaducto y daban soporte a unas escaleras mecánicas que nunca sirvieron a ningún viandante.

El final del desmontaje del puente supone también el fin de una primera reordenación del tráfico rodeado en la zona que ha traspasado 14.000 vehículos a la avenida de Portugal como nueva vía de acceso al casco urbano. Una vez que comiencen las obras de construcción de la estación provisional quedará cortado durante un año el tramo comprendido entre Carlos Marx y la glorieta que une la avenida de Portugal con la «Y».