El teatro Jovellanos acogió el domingo uno de los regresos a escena más esperados por el público asturiano: el de «Pauline en la Playa». Con cuatro discos en su haber, el último de 2006, y uno venidero en marzo de 2010, la banda mostró una saludable madurez que no dejó de lado la inocencia y calidez de sus letras, siendo revestidas en escena por un amplio despliegue que incluyó una pequeña sección de cuerdas y otra de viento metal.

«Física del equipaje» es la nueva entrega discográfica del dúo conformado por las hermanas Mar y Alicia Álvarez, unas viejas conocidas del circuito de pop gijonés de los 90, sobre todo a partir de su antigua banda «Undershakers». Con «Pauline», el dúo cambió de registro con miras más introspectivas y abriéndose a nuevas influencias, lo que se refleja perfectamente en la conjunción entre música y voces, y la elegancia natural que estas destilan sin dejar de lado el gancho melódico y la cercanía de sus historias. La renovada banda de «Pauline en la Playa» incluyó, además de a Mar y Alicia a las voces y guitarras, a la baterista Eva Díaz Toca (curtida con músicos tan diversos como Chus Pedro, Xabel Vegas & «Las Uvas de la Ira» o «Senogul»), el contrabajista David Casillas (vinculado a numerosas formaciones de jazz y folk como «Rossaleda Jazz Quartet», «Eye in the Sky Proyecto» o «La Bandina'l Tombo»), el acordeonista David Varela (presente en agrupaciones de folk como «La Bandina» o «Zapica») y al multiinstrumentista logroñés Andrés Biribay (responsable del «Biribay Jazz Club») y que cubrió un importante papel a los teclados, el saxo tenor y el clarinete.

En su extenso repertorio hubo tiempo para rescatar grandes clásicos del grupo tales como «Mi bañera», «Titubeas» o «Lo que mejor se me da», todas readaptadas con una nueva visión que ya se adelantó en su concierto en el Jardín Botánico Atlántico del año pasado, en colaboración con «Nosoträsh». También sonaron, por supuesto, temas del nuevo disco que se mueven con aromas de bossa, jazz casi ambiental o folk norteamericano. Muchas de ellas presentaron arreglos de cuerda (un trío de violín, viola y cello conformado por Ana Fernández, Ricardo Fernández y María García, respectivamente) o incluso una minisección de metales a cargo de Agustín Lara a la trompeta y Toño Gómez al trombón, ambos miembros, junto a Varela, de «La Bandina». Precisamente este combo de fusión entre músicas tradicionales y populares fueron unos invitados de lujo que realizaron dos piezas en colaboración con la banda de pop gijonesa, una de ellas incluida en el trabajo de «Pauline» y otra en la nueva entrega del grupo de folk. Un concierto muy emotivo y especial en el que, como únicas notas negativas, destacaría la poca claridad de las voces (más por cuestiones técnicas que de interpretación) y los escasos comentarios de Mar y Alicia entre canciones, a quienes se les veía tan ilusionadas como nerviosas. Pero supongo que es lo que tiene jugar en casa y, a fin de cuentas, no todos los días se debuta en el teatro Jovellanos.

Con este concierto se dio inicio al «Festival de la Palabra», un ciclo anual que concentra diferentes propuestas preocupadas por el cultivo del carácter vocal y textual en sus discursos. La próxima cita será con la banda del madrileño Quique González, el próximo jueves 4 de febrero, a partir de las 20.30 horas.