R. GARCÍA

La enemistad entre los aficionados radicales del Sporting de Gijón y los del Sevilla viene de lejos. La Policía ha podido constatarlo dentro de la investigación que la Brigada de Información está llevando a cabo desde que en diciembre del pasado año se produjera una batalla campal entre seguidores de ambos clubes en el barrio de La Arena. Los agentes han conseguido identificar, gracias a estos trabajos, a un sevillista que agredió a un miembro de «Ultraboys» el 18 de enero tras el partido entre el Recreativo del Huelva y el Sporting.

Los hechos tuvieron lugar en las inmediaciones del estadio andaluz del Nuevo Colombino, según informaron ayer fuentes policiales. Cuando uno de los aficionados del Sporting abandonaba el aparcamiento en su vehículo fue sorprendido por varios individuos al grito de «Somos los Biris» -los ultras del Sevilla se conocen como los «Biris Norte»-. Los radicales agredieron al aficionado gijonés y le causaron numerosos destrozos en su vehículo. Además le robaron todo lo que tenía en el maletero del coche.

La víctima interpuso entonces una denuncia en Huelva. La Policía comenzó unas investigaciones que no llegaron a buen puerto, por lo que el juez de instrucción encargado del caso decidió archivarlo. Ahora, gracias la investigación que se está llevando a cabo en Gijón, la Policía Científica ha conseguido identificar a uno de los responsables de esta agresión. Fuentes policiales confirmaron ayer que «estas nuevas imputaciones han sido comunicadas a los investigadores de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Occidental». Los agentes de la zona procedieron a la detención del joven identificado.

La víctima de la agresión, por su parte, también está incluida dentro de la lista de 31 aficionados radicales detenidos por la Policía tras la violenta pelea que tuvo lugar en el barrio de La Arena que se saldó además con 18 heridos y daños en dos comercios y casi una veintena de coches que se encontraban estacionados en las inmediaciones del lugar de la trifulca. Este aficionado ha negado su participación en los hechos.

A pesar de que las dos agresiones se produjeron el mismo año, no parece, en principio, que haya «ningún nexo causal entre ellas», según fuentes cercanas a la investigación. Por tanto la Policía continúa con las sospechas que reflejó en el primer informe sobre la trifulca, avanzado por este periódico: «Además de la animadversión entre aficiones -por ideología política y porque los sportinguistas son amigos de los béticos- el origen de la riña se encuentra en una agresión sufrida por un grupo de aficionados del Sporting en Pola de Siero» al que los hinchas «quisieron dar una respuesta violenta».

La Policía asegura además que las investigaciones no han concluido y que se sigue trabajando para «impedir nuevos desafíos y enfrentamientos entre aficiones».