R. GARCÍA

La polémica gasolinera de Viesques volvió ayer a dar servicio, tras años de inactividad y polémica. Era una reapertura esperada pero no por ello menos sorprendente. Los vecinos de la zona se encuentran «expectantes»: «Vamos a ver lo que pasa con la gasolinera con el tiempo, si ahora se han cumplido todas las normas de seguridad no pasa nada porque es cierto que necesitábamos este servicio en la zona», señaló ayer a este periódico, Iván Suárez, el presidente de la Asociación de Vecinos de Viesques.

Esta instalación reabre después de cuatro años de obras y encontronazos vecinales. En el mes de octubre de 2007 comenzó la lucha vecina. Decenas de pañuelos verdes poblaron entonces las ventanas de los edificios cercanos a la gasolinera. Pocos meses antes, a finales de 2006, la estación de servicio había sido clausurada al detectarse filtraciones de combustible en los garajes de las viviendas más cercanas.

A lo largo de este tiempo el negocio reanudó su actividad, aunque los problemas persistían y tuvo que volver a cerrar por lo que la gasolinera no se mantuvo abierta durante mucho tiempo. Tras la protesta vecinal el Ayuntamiento advirtió a los vecinos que en cuanto se realizasen los trabajos oportunos la gasolinera volvería a abrir, ya que los papeles estaban en regla, y no había problemas de licencia.

El presidente de la Asociación de Vecinos Ceares-Coto-Viesques sigue manteniendo que «habría otros terrenos quizá más apropiados» para esta instalación, pero prefiere mantenerse alejado de la polémica a la espera de los resultados. De lo que no cabe duda es de que los vecinos volverán a examinar con lupa lo que suceda en la zona.

La compañía Repsol, por su parte, ya anunció al principio de las obras que dotaría a los depósitos de dobles paredes que impedirían que volvieran a producirse filtraciones, y que extremaría las medidas de seguridad.