Miriam SUÁREZ

Los efectos de la crisis sobre el sector inmobiliario se manifiestan en cadena. Primero sacudieron las cifras relativas a la compraventa de vivienda. Y, ahora, trastocan el mercado del alquiler, que ha empezado a ser una alternativa incluso para los bancos que no son capaces de dar salida a sus pisos embargados. Al aumentar la oferta, esta coyuntura ha repercutido directamente en el índice de precios.

Profesionales del sector explican que, desde hace unos meses, «está entrando mucho embargo; la mayoría son pisos de nueva construcción que los bancos han decidido alquilar en condiciones ventajosas para no tenerlos parados durante la crisis». Algunas entidades bancarias perdonan la primera mensualidad y asumen el pago de la comisión que la agencia intermediaria cobra a los inquilinos. Esta nueva oferta se ha traducido en «una caída de precios muy considerable». Descenso que José Luis Rebollal, con más de treinta años de experiencia en la agencia Asturias, cuantifica entre un 9 y un 18 por ciento en el caso de Gijón.

Partiendo de un modelo de vivienda de 80 metros cuadrados -amueblado y con comunidad incluida-, El Llano es la zona del casco urbano donde se ha producido un mayor abaratamiento. Si «de la Milagrosa hacia arriba» el precio medio de los alquileres era de 500 euros, en cuestión de seis meses se ha reducido a 410. «Es que cada vez hay más oferta. Por un lado, aumentó el número de pisos embargados que se destina a alquiler. Y, por otro, aumentaron los inversionistas que, como ahora se compra barato, adquieren pisos, los ponen en alquiler y, con la renta, pagan la hipoteca», apunta Rebollal.

Los constructores también recurren a la fórmula del alquiler para sacar rentabilidad a los pisos que tienen sin vender. El incremento de la oferta está transformando la realidad inmobiliaria de una ciudad tradicionalmente reacia al régimen de arrendamiento. Aunque este stock, a pesar de haber forzado una significativa rebaja de precios, no cambia el hecho de que «Gijón sea el municipio asturiano con los alquileres más caros», según el diagnóstico de los expertos.

Si El Llano ejemplifica la mayor reducción de precios, la zona centro o barrios periféricos como Montevil arrojan las variaciones menos pronunciadas: «Los alquileres aquí bajaron en torno al 9 o al 10 por ciento», estima José Luis Rebollal. En el centro de la ciudad, el alquiler medio de un piso de tres habitaciones es actualmente de 720 euros, cuando en octubre del año pasado alcanzaba los 800. Situación que se repite en la zona de Viesques y en el entorno del parque de Isabel la Católica.

En cuanto a Montevil, se ha pasado de pedir 600 euros de renta a unos 550. Y, a medio camino entre Montevil y El Llano, se encuentran los barrios de La Calzada o El Cerillero, donde las rebajas en los alquileres están llegando al 12 por ciento: si antes la media se situaba en 475 euros mensuales, ahora se sitúa en unos 425. Este descenso de precios se ha hecho más evidente con la entrada del nuevo año, que ha traído una proliferación de anuncios en agencias inmobiliarias e internet que advierten de que «¡bajó el precio! ¡oferta!». A día de hoy, el censo de viviendas vacías de Gijón contiene 12.000 registros. Esta cifra representa una quinta parte de las unidades contabilizadas en toda la región.