Hace año y medio, el Gobierno del Principado de Asturias propuso a las tres mayores ciudades de nuestra comunidad la puesta en marcha de una candidatura a la Capitalidad Europea de la Cultura para 2016. Los Ayuntamientos de Oviedo, Gijón y Avilés, a través de acuerdos unánimes de sus plenos, apoyaron la propuesta.

Comenzó entonces un trabajo complejo de coordinación para preparar una iniciativa que tiene como objetivo hacer que la cultura muestre la vida de las ciudades y que a la vez aporta visibilidad, reconocimiento y riqueza, al ser la Capitalidad la más valiosa marca cultural europea. Los resultados económicos de las ciudades que han sido Capitales hasta ahora así lo ratifican.

Desde mediados del pasado año, y tras conversaciones con la unidad encargada del asunto en Bruselas, ayuntamientos y Principado sabíamos que la presentación formal de la candidatura debía ir encabezada por una ciudad, así se comentó en numerosas ocasiones y se asumió por todos que, siendo la fuerza de nuestro proyecto la suma de la vida cultural de las tres, debería ser la capital del Principado la encargada de simbolizarlo. Así lo sabían los responsables municipales y con este criterio se trabajó. Contamos para ello, desde el principio, con la total generosidad de los ayuntamientos de Gijón y Avilés, que han colaborado de forma ordenada e inteligente, sabiendo y aceptando presentar a Oviedo al frente de la candidatura metropolitana a la que los dos municipios se sumaban, y manteniendo el mismo modelo ganador que ha hecho a la candidatura de «Essen para el Rühr», Capital Europea de la Cultura en este mismo año 2010.

Tras año y medio de engaños, ahora, cuando hay que dar el paso adelante, y cuando en nuestras reuniones con el concejal de Cultura se nos aseguraba que contábamos con el apoyo del Ayuntamiento, su Alcalde se descuelga con una carta a un periódico negándose a encabezar esa candidatura, y tratando de justificar su estampida con tergiversaciones y falsedades inaceptables. Ello indica a las claras lo que al alcalde de Oviedo le importa la capitalidad, la cultura, la ciudad de Oviedo y Asturias.

Los calificativos que dedica al proyecto no dejan lugar a dudas respecto a su verdadera posición desde el principio y a su voluntad de engaño, ahora evidente, incluido el acto de la aprobación plenaria municipal de aquella candidatura. Tirando por la borda la mejor oportunidad cultural de Oviedo en su historia reciente y despreciando el gran trabajo hecho en favor de un acuerdo cultural entre las tres ciudades y el Gobierno de Asturias que hubiera podido ser una verdadera palanca para mejorar la vida cultural de su propia ciudad, absolutamente abandonada al capricho personal de su rector. Oviedo debe saber que se ha perdido una opción excepcional para la ciudad y para Asturias, y que ello se debe únicamente al desprecio total de sus gobernantes por la cultura como instrumento para ganar en calidad de vida y en igualdad entre sus vecinos.

Todo el trabajo hecho será, no obstante, aprovechado. Sabemos bien que una candidatura no basa su éxito en el despilfarro de recursos, sino en la solidez de sus propuestas. Frente a otras candidaturas, con presupuestos millonarios de preparación, las previsiones de gasto total del proyecto asturiano no superaban el medio millón de euros. Y Oviedo, sus instalaciones culturales y su dinamismo asociativo, tenían todo que ganar en esta apuesta.

Lamentamos, pues, profundamente este desprecio del Alcalde a los ciudadanos de media Asturias y a los más de cuatrocientos mil apoyos de la candidatura. Ése es su estilo. Agradecemos profundamente a los equipos y responsables culturales de Gijón y Avilés su esfuerzo y colaboración. Seguiremos apoyando iniciativas de la vida cultural de las tres ciudades como la «Noche Blanca», nacida al calor de esta candidatura, esté o no el Ayuntamiento ovetense en su organización. Y podemos asegurar que el Gobierno del Principado de Asturias seguirá apostando por sus proyectos culturales en la capital de Asturias, a pesar del desprecio que por todo el sector demuestra esta decisión caprichosa e inexplicable.