R. GARCÍA

Adolfo Cuns lleva medio año esperando a ver en el banquillo de los acusados al septuagenario que apuñaló a su hermano José. El día ha llegado. La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, iniciará hoy el proceso judicial en el que el acusado, Miguel Sánchez, se enfrentará a una condena de 12 años de cárcel. El fiscal encargado del caso solicita además que el jubilado acusado de un delito de asesinato en grado de tentativa haga frente al pago de una indemnización a su víctima de 6.250 euros.

El hermano del agredido se muestra poco esperanzado pese al juicio: «El acusado es muy mayor y a pesar de que lo condenen cumplirá muy poco tiempo de cárcel. Además es insolvente y no tiene familia que le apoye, por lo que no creo que pueda pagar nada». Adolfo Cuns señala que su hermano continúa con «graves secuelas» de lo sucedido: «Tiene que ir a revisiones médicas cada poco a ver qué tal va».

Los hechos tuvieron lugar en un piso que compartían víctima y agresor con otros tres inquilinos a la altura del número 7 de la calle San José, en El Llano, el 10 de agosto del pasado año, alrededor de las cinco y media de la tarde. El acusado mantuvo entonces una fuerte discusión con José Cuns Mata. Tras el rifirrafe, Sánchez cogió un cuchillo de cocina de 23 centímetros de hoja que guardaba en su mesita y le asestó cinco puñaladas a su víctima, según el fiscal, «con el ánimo de matar».

Desde que salió del hospital, en diciembre del pasado año, José Cuns ha cambiado de casa y de vida. Tras pasarse casi un mes en coma, el albañil jubilado intenta ahora, en un piso de la avenida de Portugal, dejar atrás la fuerte discusión que estuvo a punto de costarle la vida.

En el mismo domicilio que compartían los dos vecinos de El Llano también viven otros dos gijoneses de la misma edad que días después del suceso recuperaron totalmente la normalidad, sin los que habían sido sus compañeros durante casi tres años. De aquella época, los vecinos aseguran que las discusiones por asuntos relacionados con la cocina solían ser fuente habitual de discusión y conflicto entre víctima y agresor, que hoy volverán a verse las caras en la sala de vistas de la Sección Octava de la Audiencia Provincial.