C. J.

El Instituto de Ingenieros Técnicos de España (INITE), en su condición de entidad representativa de todos los profesionales de la ingeniería técnica y arquitectura técnica ha promovido para hoy una manifestación, a la que está previsto que se sumen profesionales, profesores y estudiantes de ingenierías técnicas, procedentes de diferentes puntos de España, para protestar por el proceso de adaptación de las titulaciones de Ingeniería al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). La cita es a las 13.30 horas frente al Ministerio de Cultura.

El Consejo General de Ingenieros Técnicos Industriales acusa al Ministerio de haber cedido a las presiones de determinados «grupos inmovilistas» que, a su juicio, «pretenden tener la exclusiva de las profesiones de ingeniería» y que, además, «muestran una actitud despectiva» ante los títulos de primer ciclo de estudios universitarios.

Los organizadores de la protesta juzgan «incomprensible» que se mantenga la denominación de «industrial» para el título de grado en un ámbito en el que los ingenieros técnicos son competentes legalmente. Por este motivo, señalan que la homologación del título de ingeniero técnico industrial al nuevo título de grado debe ser directa. «Si el nuevo título de grado habilita para el ejercicio de la profesión es un sinsentido exigir complementos de formación», subrayan desde los órganos colegiales.

Desde la entidad que representa a los ingenieros técnicos industriales del Principado explican que el motivo fundamental de esta nueva protesta es el incumplimiento por parte del Gobierno de la directiva de Bolonia para la adaptación al Espacio Europeo de la Educación Superior (Real Decreto 1993/2007) por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales.

A finales del año pasado los alumnos de la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial de Gijón protagonizaron una sonora protesta para expresar su desacuerdo con el proceso de unificación de las escuelas de enseñanzas técnicas del campus. La cuestión derivó, además, en la dimisión en bloque de todo el equipo directivo del centro, con su máximo responsable, Joaquín Mateos, a la cabeza.