A. R. / C. J.

Más de un millón de euros. Ése es el coste de funcionamiento anual de la Ciudad de la Cultura, y desde ahora Recrea (la empresa pública que gestiona las infraestructuras culturales, turísticas y deportivas del Principado) tiene la encomienda de la Consejería de Cultura de repercutir esos gastos en todos los inquilinos de la Laboral. O sea, que a partir de este año ya no serán las arcas de una sola Consejería las que soporten el gasto de luz, agua, vigilancia, limpieza, jardinería, mantenimiento... y otras partidas comunes que se generan en la Laboral.

La Universidad de Oviedo (cuya Escuela Jovellanos tiene sede en el complejo monumental), la Consejería de Educación (con su centro de FP, el Conservatorio y la Escuela de Arte Dramático-ESAD), la empresa Thyssen, la Fundación Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, el entre público de Radio y Televisión del Principado (RTPA) y sociedades públicas como Serpa, además de la propia Recrea, deberán correr con todos esos gastos.

Las notificaciones de esas tasas han llegado este mes a todos los ocupantes de la Ciudad de la Cultura y eso ha hecho que la «comunidad de inquilinos» ande revuelta. Principalmente porque todas las magnitudes de la Laboral acaban por ser apabullantes. De ahí que los portavoces universitarios o miembros de la comunidad del centro de FP hayan demostrado su impresión cuando desde Recrea se les pasó el apercibimiento de que deberán hacer frente a una factura anual de casi 260.000 euros en el primer caso, y más de 240.000 en el segundo. Cifras que superan, con mucho, los propios presupuestos de cada entidad. Por eso ahora es la Universidad y la Consejería de Educación quienes tienen sobre sus mesas las correspondientes facturas, sobre las que previsiblemente habrá un intento de negociación a la baja.

Alejandro Calvo, director gerente de Recrea, explicó ayer que desde que se comenzó a dar forma a la Ciudad de la Cultura se planteó la fórmula de explotación «como un gran centro de empresas o una comunidad de inquilinos» en la que cada institución, pública o privada, se hiciera cargo de sus gastos corrientes y de una parte proporcional de los comunes. «Hasta ahora se entendía que la Laboral estaba en fase de obras y puesta en marcha, pero a partir de ahora podríamos decir que da comienzo su vida útil y un modelo de gestión que hasta ahora no se había aplicado», explicó Calvo.

Pese al impacto que las facturas pueden estar suponiendo en algunos de esos inquilinos, Calvo sostiene que en ningún caso se les puede atribuir el concepto de «alquiler». «Lo que deberá abonar cada uno se corresponde, exclusivamente, a los consumos directos e indirectos. Los directos son la luz, el gas o el agua, que son muy importantes, y los indirectos tienen que ver con la limpieza, la jardinería, la vigilancia, mantenimiento de «parkings»... Recrea, por ejemplo, costea en exclusiva todo lo que tiene que ver con los usos turísticos», expuso Alejandro Calvo. El gerente de Recrea indicó que la sociedad que dirige «no sólo es el administrador del edificio, sino que también somos inquilinos ya que todos los gastos y consumos derivados del teatro, el paraninfo, la cafetería, o las oficinas corren por cuenta nuestra». Lo que les convierte, de hecho, en uno de los inquilinos fuertes de la Ciudad de la Cultura, junto con el centro de FP, la Universidad, el Centro de Arte y la RTPA, por la cantidad de metros cuadrados en los que se maneja cada uno de ellos.

El gerente de Recrea desmiente los recelos que han surgido entre algunos de los ocupantes de la Ciudad de la Cultura, que ponen en cuestión que haya distribución a partes iguales de los consumos eléctricos, por ejemplo, teniendo en cuenta que no gasta lo mismo una entidad como la RTPA que un centro universitario. «La Laboral tienen un centro de control totalmente informatizado, en la cripta, bajo la iglesia, que nos permite saber con exactitud los consumos de cada zona del edificio. Esas notificaciones, escrupulosas, se harán llegar puntualmente a cada miembro de la Ciudad de la Cultura y cada uno pagará sólo en función de su gasto», explicó Alejandro Calvo.

En el caso de la Universidad, el gerente de Recrea aseguró que de los casi 260.000 euros que se les han notificado en concepto de gastos, «más de 80.000 son del consumo eléctrico de 2009; se ajusta a la realidad absolutamente». Fuentes del Rectorado aseguraron ayer que desde que la Escuela Jovellanos se trasladó en 2007 a la Laboral, la institución académica viene asumiendo los gastos corrientes del centro. La Secretaría General de la Universidad está estudiando la «factura» de Recrea y la cuestión se abordará hoy mismo en el Consejo Rectoral.

El gerente de Recrea afirma, no obstante, que en todos los casos el 80% de las facturas emitidas se corresponde con consumos directos y sólo una parte menor son los servicios complementarios de la Laboral. «La suspicacia o la desconfianza es difícil de entender, ya que nosotros somos empresa pública y sólo gestionamos. En nuestro objeto social no cabe buscar beneficio económico, sólo tenemos que administrar bien lo que hay y garantizar el mantenimiento de las instalaciones», zanjó Calvo.