Andan la izquierda municipal y el PP a la greña por habaneras, que es canción melancólica de ritmo lento y compás cuaternario. Cualquier excusa es buena para que güelfos y gibelinos se enzarcen en riñas de patio de monipodio, sean por cuestiones de acá o de acullá, de tierra firme o allende los mares. La última enganchada corre a cuenta del Willy Fog del plenario, quien al grito de «liberad a Willy (Toledo)» se ha sacado de la chistera una declaración institucional que no suscribiría, por pudor, ni Raúl Castro en guayabera. Sorprende que sí apoyara semejante alegato, donde se habla de que en España hay tortura, racismo, soldados matando civiles y bajada de pensiones, la representante del PSOE en el Consejo municipal de Cooperación Internacional, la cual recibirá hoy, sin duda, un merecido tirón de orejas. Si Ignacio Cervantes fue el primer compositor cubano de habaneras, quien mejor entona en Gijón el cante marinero es el ya aludido Montes Estrada, secundado por grupos corales y mariachis.