A. RUBIERA

A partir de Semana Santa el concejo de Gijón va a contar con un nuevo museo al aire libre, abierto a todo el público. En una finca de la parroquia de Fano, de propiedad privada, los curiosos podrán acercarse al Prerrománico asturiano a través de pequeñas reproducciones en piedra a escala. A las once joyas del Prerrománico regional se suman, además, otros espacios y edificios singulares de Asturias: la cueva de Infiesto, el santuario y la basílica de Covadonga (ésta no tan pequeña ya que mide dos metros), la iglesia Mayor de San Pedro de Gijón y el obelisco del Repelao (Covadonga). También incluye una incursión internacional: el obelisco de Buenos Aires.

Todas las reproducciones son obra del artesano Graciano Gallinar, quien tras mucho picar a las puertas de los políticos, las administraciones y el municipio, ha acabado por ponerse al frente de su propia asociación y su propio museo privado. «En algún momento valoré algún proyecto con otras asociaciones y entidades sin ánimo de lucro, pero al final, con la fuerza y el esfuerzo de mi familia, he tomado la decisión de montar mi centro de exposiciones para no perder nunca el control de mis piezas. Además, esta finca es mi lugar de trabajo y yo siempre disfruto viendo las obras», cuenta este gijonés que lleva 40 años dedicado a la artesanía y más de una década centrado en el Prerrománico. Una afición que, por mucho esfuerzo que le suponga, «me hace disfrutar de cada minuto».