Tamón,

Braulio FERNÁNDEZ

Los ganaderos de Carreño en los alrededores de Cogersa, en Tamón, se han sentido abandonados en medio del debate sobre la incineradora. Hasta las asociaciones vecinales del concejo han dado su visto bueno a la planta de incineración de residuos que proyecta construir Cogersa. Sin embargo, los ganaderos de parroquias como Tamón y Ambás, en Carreño, pero también de Serín, Campañones o Solís, en otros municipios vecinos, se han posicionado radicalmente en contra de la incineradora y se quejan de que nadie les ha tenido en cuenta. El motivo es que podría llevar a la ruina su modo de vida, según denuncian.

«Los ganaderos estamos en contra de la incineración porque para el sector lácteo provocaría el cese y cierre de todas las explotaciones limítrofes con Cogersa», explican. Los ganaderos, reunidos en la explotación Casa Lluisa, en Tamón, quieren dejar claro su rechazo. «No queremos compensaciones económicas, sino seguir trabajando en el campo, como lo hemos hecho hasta ahora». Y advierten de que defenderán su modo de vida con «todas las acciones legales que existan, acudiendo a los tribunales si fuese necesario». El problema es, en primer lugar, que no han recibido información por parte de Cogersa ni el Principado.

Y eso, aseguran, a pesar de que se trata del colectivo «más afectado» por dicha instalación. «Dependemos de buenos pastos y forrajes para producir la leche». Según denuncian, «con la incineración aumentarán el número de dioxinas de manera significativa, que se acumulan en los tejidos grasos de los animales y en la lactosa de la leche, tardando muchos años en ser expulsados o degradados por los seres vivos, provocando graves enfermedades». Las dioxinas no son la única amenaza para sus vacas, ya que la construcción de un vertedero para almacenar las cenizas es otro problema. «Por la acción del viento o la lluvia las cenizas se esparcirán».

Son más de 300 los afectados. En Carreño existen 72 ganaderías en un radio de 15 kilómetros alrededor de Cogersa, pero también hay explotaciones dentro del margen de Gijón, Gozón, Corvera o Llanera, entre otros concejos, a los que estos ganaderos invitan a compartir su rechazo a la incineradora. «En el radio de 15 kilómetros las empresas lácteas que recogen leche en nuestras cuadras podrían declinar hacerlo como ya ocurre en otras comunidades, debido a la peligrosidad de las dioxinas», asegura el sector carreñense.