A. RUBIERA

Los alumnos del Colegio de Tremañes tienen en el patio escolar dos rincones de lectura divertida. Uno para los niños de Infantil y otro para los de Primaria. Los maestros del centro están convencidos de que la lectura de cómics, tebeos y cuentos es tan apetecible para algunos chiquillos como jugar al balón o correr por las cuatro esquinas, sobre todo después de la hora de comedor. «Siempre hay a quien le apetece estar sentado, tranquilín, leyendo en un banco», sostiene Maxi Marín, director del colegio Tremañes.

Por esa iniciativa, y por muchas otras que llevan realizando de forma sucesiva, engarzada y coordinada, el colegio público acaba de alzarse con el I Premio «María Elvira Muñiz» del Ayuntamiento de Gijón, en su categoría C, que es la que reconoce proyectos singulares desarrollados por un centro educativo del municipio gijonés en favor de la lectura. Sobre el colegio Tremañes el jurado dijo que su galardón reconoce «el conjunto de iniciativas de dinamización, formación y animación a la lectura desarrolladas con la implicación de toda la comunidad escolar y, muy singularmente, por el estímulo al papel fundamental de la biblioteca escolar desde la educación infantil». Su premio lo recogerán mañana, de manos de la Alcaldesa, a las 12.00 horas en el Centro de Cultura Antiguo Instituto. Con ellos estarán también otros premiados -Francisco García Pérez y José Antonio Mases- en la primera edición de un premio que reconoce «la ejemplar trayectoria profesional y las cualidades humanas de María Elvira Muñiz, estudiosa y catedrática de Literatura, que contagió a muchas generaciones de alumnos gijoneses su amor por los libros y su pasión por la lectura».

Precisamente la estela de María Elvira Muñiz, a su manera, es la que parecen seguir los maestros de Tremañes. Ellos también quieren transmitir el amor por la lectura a los niños del barrio, desde las primeras etapas de infantil. Por eso les han hecho asiduos de las bibliotecas, les han adiestrado en el método del intercambio y han promovido todo tipo de acciones de lectoescritura y cuentacuentos. «Lo más importante es darle continuidad en todas las etapas a estos programas. Los niños tienen que ver que todo el colegio, a todas horas y en todo momento, le concede importancia a la lectura. Eso incluye que también intentemos transmitir esa implicación a las familias, aunque sea algo más complicado», explicó el director.

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