Primero de Mayo de algarada tras un abril de paro desbocado. La Fiesta del Trabajo no le pone sordina a la tormenta del desempleo, que barrunta más trueno y pedriza. Gijón acoge una multitudinaria manifestación de trabajadores el mismo día en que la hostelería local anuncia un festival de cócteles, a 3 euros el combinado. Con 27.500 hogares asturianos donde todos sus miembros figuran en las listas de desempleados, ¿a cuánto acabará cotizándose el cóctel molotov? Buen momento este Primero de Mayo para reflexionar sobre el papel de los sindicatos de clase en esta crisis galopante y desbocada. Ayer, en Gijón, los voceros de la pancarta arremetieron contra el indio de acero, la patronal circunspecta y la banca sin crédito, pero no contra el Gobierno de los paños calientes y las cataplasmas, al que no queda ya más recurso que encomendarse a la psicocinesis. Sabio el refranero cuando argumenta que en el mes de mayo deja la mosca al buey y se va al asno. Ya puede ser cojonera la mosca, que no va a causar molestia a quien le unta las patas de azúcar.