C. JIMÉNEZ

Rafael Soriano es presidente de MBA Institute, con sede en Gijón, y representa al área de la empresa MBA destinada a coordinar y gestionar todo el conocimiento en sus respectivas áreas de especialización (ortopedia, traumatología, anestesia, reanimación y cirugía, entre otros) para hacerlo útil a través de cualquier tipo de formato: desde realizar una investigación sobre un dispositivo con un cliente, hasta desarrollar una línea de investigación con un ingeniero o con un inventor, pasando por la elaboración de manuales y documentos con todo el conocimiento que puedan ofrecer los comerciales de la empresa. Una de sus primeras acciones ha sido la financiación del centro de investigación en sistemas biomecánicos (CISAB) en la Universidad de Oviedo. En esta entrevista, Rafael Soriano explica algunos de los objetivos más inmediatos de la entidad que representa y los proyectos más vanguardista que implican a ingenieros y médicos.

-¿La relación médico e ingeniero es ahora más estrecha?

-En nuestro medio sí pero la verdad es que la relación médico e ingeniero en otros entornos como EE UU es un binomio que lleva mucho tiempo funcionando con éxito.

-¿Cuáles son los objetivos de MBA Institute?

-Se pretende que vehiculice y articule todos los proyectos de la empresa de una manera más racional y más reglada para que cualquier médico o cualquier centro que necesite apoyo sepa dónde acudir. Están saliendo varias posibilidades de proyectos, y colaboraciones. Tenemos mucha ilusión por hacer cosas.

-¿Con algún límite?

-Trabajamos tanto en el ámbito nacional como internacional. Estamos en España, Italia y Portugal y ahora también en negociaciones para ampliar mercado en Europa y en Hispanoamérica.

-¿Qué tipo de herramientas ofrecen a los profesionales?

-Tratamos de potenciar la investigación y el desarrollo en el ámbito médico facilitando, bien vía transmisión del conocimiento, o bien vía apoyo a estudios tanto de innovación como de validación y seguimiento de proyectos, a la gente que quiera participar y hacer algo con nosotros. Aparte de eso también estamos trabajando en formación continuada, facilitando la realización de artículos, participando en eventos...

-Y en la Universidad de Oviedo financian unos premios a los mejores proyectos fin de carrera.

-Queremos que la gente joven de ingeniería se interese por un campo como es la bioingeniería que puede tener mucho futuro y es muy interesante de cara a la sociedad.

-¿Cuáles son los retos de la bioingeniería?

-Se puede mejorar mucho en los biomateriales. En cirugía ortopédica, que es el campo que nosotros tocamos más, existe el problema de que las prótesis articulan entre sí igual que las articulaciones a las que sustituyen y eso provoca un roce y un desgaste. Lo que se está estudiando en materiales es que provoque menos desgaste porque eso a la larga influye en la supervivencia de las prótesis. También se buscan materiales que queden bien fijados al hueso. La nanotecnología puede aportar alguna solución en esos problemas.

-¿Qué soluciones demandan los cirujanos?

-El cirujano necesita recursos para atender patologías diferentes de cada paciente. Cuando ya las tiene lo que busca es mejorar la eficiencia del sistema. En tiempos de crisis la investigación debe buscar solucionar problemas de manera más eficiente.

-¿De qué manera?

-Se puede lograr tratando de que el proyecto resulte menos oneroso para la Administración o que el paciente se recupere antes, que a la postre también es mejor para la Administración porque el paciente vuelve antes a su actividad y emocionalmente se encuentra mejor.

-¿Tiene algo que envidiar la medicina española a EE UU?

-Es relativo. La gran diferencia entre la medicina de EE UU y la de Europa es precisamente la gran relación que tiene la industria con el sector médico. A priori puede ser una ventaja en cuanto a innovación tecnológica pero no tiene por qué ser todo positivo. De hecho, el problema de EE UU es que hay una medicina muy buena para quien la puede pagar pero hay mucha gente que no tiene acceso. La cobertura sanitaria española no tiene nada que envidiar a ningún otro sitio.

-¿Y en investigación?

-Ahí sí hay diferencias, precisamente por esa relación entre medicina e industria. Allí hay mucha posibilidad y capacidad de investigación. Pero no tanto porque hay mucho recurso económico sino también porque hay mucho recurso humano. En EE UU los profesionales que quieren investigar tienen tiempo suficiente para hacerlo. Aquí los profesionales de la sanidad pública tienen una presión asistencial muy grande.

-¿Les ha tocado la crisis?

-Nos afecta como en todos los sectores. Cierto es que desgraciadamente clientes tenemos siempre, porque seguimos enfermando y, además, como la esperanza de vida cada vez es mayor la gente vive más tiempo y tiene más años para estar enfermo y demandar servicios. A las empresas del sector nos toca arrimar el hombro tratando de proporcionar recursos suficientes que no quiere decir de menos calidad sino lograr el mismo resultado de éxito clínico mejorando la eficiencia del sistema.

-¿Gijón es una ciudad que potencia la I+D?

-Tanto Gijón como Asturias en general han estado siempre muy abiertos a escuchar. Cada vez que MBA ha contactado con ellos nos hemos encontrado un índice de respuesta satisfactoria.

-¿Son suficientes las instalaciones que tienen en Gijón?

-No tenemos tanto interés en investigar sino en ayudar al que lo quiera hacer. La nuestra es más una labor de coordinación, salvo el caso concreto del centro de investigación biomecánica que tiene sus propias instalaciones en el campus.

-¿Les interesaría acercarse a la «milla del conocimiento»?

-A lo mejor en el futuro es algo que se plantea pero hoy por hoy no es una prioridad. La innovación y la tecnología es importante para nosotros y pudiera ser una opción en el futuro tener unas instalaciones de investigación y desarrollo cerca del campus, pero no es algo inmediato.

-¿Trabajan en investigación con células madre?

-Tenemos firmado un contrato con una empresa americana para producir células madre a partir de la grasa del propio paciente. Colaboramos con ellos para desarrollar una serie de estudios en Europa.

-¿Qué perspectivas ofrecen?

-Podrían emplearse para cirugía de reconstrucción de mama pero también se está trabajando en otras líneas, para reconstruir tejidos, o incluso en cirugía ortopédica, que será una parte importante del futuro que viene.

-¿Llegarán a sustituir esas células madre a los implantes?

-Hay quien apunta que el día que se puedan regenerar todo tipo de tejidos de una manera controlada será el fin de los implantes. A priori eso todavía parece un poco lejano. Lo más lógico es que siga habiendo los recursos habituales de implante de fijación, suplementados por ejemplo con elementos biológicos. Eso es en lo que se está trabajando ahora con resultados esperanzadores. ¿Que en un futuro se podría regenerar una articulación en vez de colocar un implante metálico? Teóricamente sí, pero todavía queda un largo recorrido.

Rafael Soriano Mas

Es doctor en medicina y cirugía con una experiencia de más de 20 años en el sector.

Ha sido director científico de MBA y actualmente es gerente de MBA Cataluña y presidente del comité científico de MBA Institute, integrado por cuatro expertos que provienen del campo de la medicina y de la investigación: Rafael Álvarez Cuervo, profesor de la Universidad de Oviedo; Manuel Martínez Grande, cirujano e investigador especializado en biotecnología y Eduardo Soriano Mas, director de Bioser.