Á. C.

Hasta 14 organismos, asociaciones e instituciones fueron consultados en la fase previa del trámite ambiental que se sigue en el Principado ante el proyecto de Azsa de disponer de un vertedero de jarofix en Gijón. Pero, finalizado el plazo de consultas, sólo se recibieron respuestas de las direcciones generales de Minería y Energía, Biodiversidad y Paisaje, y Patrimonio Cultural; la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies y el Ayuntamiento de Gijón.

Desde Minería se indicó que si bien en las inmediaciones no existe ninguna explotación, sí que cae dentro del ámbito de las concesiones mineras de hulla de Mina La Camocha; por parte de Biodiversidad y Paisaje se señaló que «no es previsible que se produzcan afecciones significativas sobre espacios incluidos» en ámbitos de especial protección, aunque «deberá realizarse un inventario faunístico completo de la zona, con especial atención a las diferentes especies de anfibios y reptiles». Finalmente, el Ayuntamiento de Gijón hace una análisis de las condiciones que se habían establecido en la licencia municipal cuando lo que se planteó fue un depósito controlado para tierras y piedras, y añaden que «Azsa podría solicitar la ampliación de la licencia para permitir el depósito de materiales inertes y de jarofix». Si así fuera, las principales afecciones a considerar serían «las del subsuelo y la generación de ruido por el tráfico inducido por el vertedero». También se observa que «el promotor, en su documento de inicio, no propone alternativas de localización», algo que no resulta «admisible».