José Andrés, nuestro cocinero más universal, sigue creciendo en fama y popularidad en Estados Unidos (EE UU), donde está considerado uno de los grandes exponentes de ese legendario sueño americano que, de vez en cuando, se hace realidad. Hace unos días el prestigioso chef asturiano fue el gran protagonista del programa de televisión «60 minutes», uno de los más vistos de la cadena CBS. Presentado como el precursor de la cocina molecular, el de Mieres sorprendió a los televidentes con una teoría gastronómica cuando menos novedosa, basada en el nivel de «sex appeal» de los alimentos. «Creo que el futuro está en las verduras y en las frutas. Son mucho más sexys que un pedazo de pollo», señaló José Andrés en un momento del programa, grabado en uno de sus restaurantes de Washington, el Minibar. «¿Encuentra a las verduras y a las frutas sexys?», preguntó, entre extrañado y divertido, Anderson Cooper, conductor del programa. «Increíblemente sexys. Piense por un segundo. Vamos a comparar una pechuga de pollo, la pechuga del mejor pollo, con una hermosa piña... cortas la piña... los aromas inundan toda la cocina... primero ácida, agria después... con toques de fruta de la pasión...». José Andrés no se quedó ahí. Tras dejar boquiabierto al presentador con un «pinchín» a base de hidrógeno líquido, el cocinero mierense se confesó amante de los buenos «gintonics». La especialidad de la casa se llama «Buscando a Nemo» y responde a una receta que, según dijo, le gusta preparar cuando viene a España de vacaciones. Para disfrutar con los amiguetes. No desveló gran cosa, sólo proporciones. Una parte de ginebra y tres de tónica, eso sí, producida en la India. En resumen, nuevo triunfo del de Mieres, cuya cocina es para la crítica culinaria Ruth Reichl, de las más respetadas de EE UU, una especie «de circo en la boca».