La alcaldesa de Gijón luce desde ayer otra pulsera, regalo procedente de Turquía y con cuentas de madera, que ayuda a atajar el estrés. Lleva doña Paz en una muñeca el relajante turco y en la otra la inevitable pulsera holográfica de la que cuentan que aporta equilibrio, fuerza y flexibilidad y sobre cuyos dudosos poderes alerta Sanidad. Desconozco si la mandataria gijonesa es persona sugestionable y supersticiosa, y si la pulsera recién adquirida es de las que llaman «de ojo turco», que curan del mal de ojo. En ese caso sabrá la Alcaldesa quién la mira mal, aunque al comprobar que la pulsera turca la luce en la izquierda, no es descartable que el aojamiento proceda de sus mismas siglas. Podría la señora Fernández Felgueroso regalar a miembros de su equipo de gobierno amuletos minerales, como la brochantita, que concede el don de la palabra; el ámbar, que evita las depresiones, o la obsidiana, que ayuda a ganar pleitos judiciales. Y para Willy Fogg, una ágata marina, que protege a los viajeros.