R. GARCÍA

Un vecino de Pumarín de 42 años fue detenido el pasado domingo acusado de amenazar a su madre con una navaja. Es la tercera vez que los agentes de la Comisaría de El Natahoyo arrestan a este gijonés en el plazo de una semana. El delincuente, que cuenta hasta con 24 detenciones anteriores en su historial delictivo, intentó apuñalar a un vigilante de seguridad el domingo 25 de abril, tan sólo dos días antes de robar en un supermercado de la ciudad situado en la calle Uría.

El último suceso protagonizado por este delincuente tuvo lugar en el domicilio familiar que el acusado comparte con sus padres en el barrio de Pumarín. Alrededor de las seis y media de la tarde del pasado domingo llegó a su casa en estado ebrio y comenzó una fuerte discusión con su madre, a la que acabó amenazando con una navaja. La mujer, ante el temor de que su hijo la agrediera, puso el suceso en conocimiento de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron varias patrullas policiales. Los agentes procedieron a la detención del acusado, que fue trasladado a la Comisaría. El delincuente pasó a disposición judicial el pasado lunes y quedó en libertad con cargos.

No es la primera vez que este vecino de Pumarín comparece ante un juez de instrucción de la ciudad. De hecho, esta semana se ha visto obligado a declarar ante el magistrado de guardia hasta en tres ocasiones.

La primera detención de la última semana tuvo lugar el domingo 25 de abril en la estación de autobuses de Gijón. Poco antes de las nueve de la noche el delincuente intentó apuñalar al vigilante de seguridad que se encontraba trabajando en el lugar. La víctima le había intentado expulsar de la estación, donde se encontraba pidiendo limosna en compañía de dos perros. «El acusado intimidaba a los usuarios de la estación», aseguraron entonces fuentes policiales. Fue detenido y declaró ante el juez de instrucción. El magistrado lo dejó en libertad con cargos y el delincuente aprovechó para volver a las andadas.

Tan sólo 48 horas después de su primer arresto el gijonés protagonizó otro altercado, en esta ocasión en un supermercado situado en la calle Uría. Este suceso tuvo lugar el martes 27 de abril. Poco después de salir de los calabozos este vecino de Pumarín se dirigió al comercio, guardó algunos objetos robados en la taquilla y entró como un cliente cualquiera; pero las dependientas ya le seguían la pista. «Lo conocíamos de otras veces y nos fijamos en cómo intentaba esconder una colonia bajo su ropa», aseguró a este periódico una de las empleadas. Cuando las trabajadoras del establecimiento le quisieron dar el alto el acusado las amenazó con una navaja. La responsable del supermercado se puso entonces en contacto con la Policía y el delincuente fue detenido por segunda vez, aunque no sería la última, en tan sólo una semana. Su amplio historial delictivo no deja de crecer.