C. JIMÉNEZ

«Los hombres deben dar el primer paso para acabar con la violencia de género y aislar al maltratador». Las palabras de Ana Puerto, directora del área de Igualdad del Ayuntamiento de Gijón, resumían el sentir de la mayoría de ponentes y participantes en los encuentros por la igualdad organizados por la Fundación Universidad de Oviedo en la Escuela Jovellanos. María José Capellín, directora de la Escuela de Trabajo Social, animó durante la jornada a profundizar en la formación de los jóvenes «en igualdad» porque «la violencia no es algo que viene del pasado sino que amenaza el futuro». En los últimos siete años perdieron la vida más de medio millar de mujeres en España víctimas de maltrato, 12 de esas 541 fueron en Asturias. Por ello, Yoana Magdalena, coordinadora de la red regional de casas de acogida y el centro de atención integral del Principado, considera muy importante conocer los recursos que existen para las víctimas.

«La violencia de género es un auténtico problema de salud que genera enfermedad», subrayó Magdalena. No obstante, cabe felicitarse por el aprovechamiento de los recursos públicos a disposición de las mujeres. Así, entre 2008 y 2009 se incrementó en un 11 por ciento el número de denuncias contra los agresores. «No es suficiente», señalaron los expertos convocados por la Universidad. «No debe haber ni una sola víctima», remarcaron. El teléfono de atención a las víctimas de maltrato, el 016, recibió una media de cuatro llamadas al día el año pasado en Asturias. En toda España se recibieron 68.541 llamadas, de las que 1.418 correspondían al Principado. Pese a todo, las estadísticas apuntan que el problema, lejos de remitir, va en aumento: con un 35% de las agresiones provocadas por arma blanca y un 18% por armas de fuego, como en el caso de la última víctima registrada en Gijón el mes pasado.

«Es bestial la naturalización de la violencia por parte de algunas mujeres cuando dicen que su marido no las pega, que simplemente hay algún empujón o agarrón de manera ocasional», reflexiona Yoana Magdalena. Por este motivo, los asistentes a la jornada universitaria hicieron hincapié en la necesidad de que las víctimas «tomen las riendas de su vida y rompan con los mandatos de género a los que están sometidos».

En lo que va de año han fallecido 23 mujeres por violencia de género, tres de ellas en Asturias. De todas, sólo cuatro habían puesto denuncia. «Hay un mensaje de dominación que es el del agresor y un riesgo fatal: ser mujer», advirtió durante la jornada la coordinadora de la red regional de casas de acogida, que el año pasado recibió 367 ingresos (190 mujeres y 177 menores). Además, el servicio de teleasistencia vela por la seguridad de 650 féminas en la región.