Una foto maliciosa y un benigno nódulo confluyen en las portadas y en el «hit parade» de las redes sociales. Si cualquier usuario escribe en el buscador de google la frase «foto Ibrahimovic Piqué» verá que aparecen 399.000 resultados. El planeta verde se hunde en un agujero negro, la nube volcánica le pone un velo al espacio aéreo y deja en tierra a la España norteña, la Bolsa se hunde mientras media Europa hace escote para pagar el regalo de la gran boda griega y sin embargo la mayor preocupación es discernir si los dos jugadores azulgranas son galgos o podencos, o si hacen a pelo o a pluma. ¡Qué país, Miquelarena! La imagen de marras no es más que la constatación de que el Barca juega con las líneas muy juntas y con qué elegancia mete Piqué la pierna. Puede que ahora se explique más de uno por qué a Ibra se le da tan bien jugar de espaldas al arquero. Ahora ya nadie podrá denunciar que el sueco es un paquete. ¿Se imaginan a Barral y a Gregory de arrumacos a las puertas de Mareo? Con tal de conseguir la permanencia, por mí como si hacen el trenecito.