M. SUÁREZ

El Salón del Libro Iberoamericano tendrá que capear este año, en su decimotercera edición, con la crisis económica. El viceconsejero de Cultura del Gobierno del Principado, Jorge Fernández León, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Gijón, Justo Villabrille, ya advertían ayer de que «son tiempos de ajustes». Circunstancias «difíciles» que, en el caso de este certamen literario, se traducirán en una merma presupuestaria del 25 por ciento.

«Espero que no haya situaciones de desequilibrio que no se puedan corregir, y que aparezcan nuevos colaboradores», señaló Fernández León. «Habrá que compensar los ajustes con imaginación y creatividad», abogó Vilabrille. A lo que se compromete el escritor Luis Sepúlveda, alma máter del Salón del Libro Iberoamericano, es a «mantener este festival de forma coherente y consecuente con la realidad».

En esta XIII Edición, que se celebrará en el Centro de Cultura Antiguo Instituto entre los días 19 y 23 de mayo, participarán 42 autores, procedentes de trece países distintos. El bicentenario de las independencias iberoamericanas y el desafío de las nuevas tecnologías, que han dado origen a una nueva forma de consumir literatura, estarán muy presentes en un certamen que contrastará las opiniones y experiencias de escritores procedentes de trece países distintos.

«Uno se asoma a Google y puede descargar por dos euros la obra de cualquier autor y quienes tienen que legislar eso actúan con una lentitud desesperante», calentó motores Luis Sepúlveda. El certamen de este año contará con la presencia de los ganadores de algunos de los premios más importantes del panorama literario, como el Nacional de Novela, el «Café Gijón», el «Emilio Alarcos», el «Alfaguara» o el «Torrente Ballester». Y también -se destacó en la presentación de ayer- se estrecharán lazos con los clubes de lectura.