El Ateneo Jovellanos, fundado el pasado siglo y con más de cincuenta años de vida, celebró esta semana asamblea general de socios. Muchos asuntos en el orden del día. Algunos, muy de trámite. Otros del máximo interés. Pero el que más prometía era el último, el de ruegos y preguntas. Ahí podía surgir la sorpresa. Pero hubo «trampa» porque se programó, en segunda convocatoria, para las ocho de la tarde. Ruegos y preguntas, lógicamente, al final. Pero he aquí que ya cuando el presidente abrió la asamblea dijo que ésta tenía que terminar a las nueve en punto porque «la Universidad ha dado orden de que sus instalaciones se cierren a esa hora». Y como el Ateneo está utilizando dependencias universitarias, el reloj se impone y no los temas que se están debatiendo, por importantes que sean para el presente y el futuro del Ateneo Jovellanos. Con limitación de horario, limitación también para que alguien pudiese intervenir con tiempo suficiente por delante en ruegos y preguntas.

Como al abajo firmante, pese a que tuvo ocasión ya en los primeros asuntos debatidos de intervenir, le han quedado algunas preguntas que considera fundamentales porque el presidente a las nueve en punto «pechó» la asamblea, creo fundamental el formular aquí y ahora lo que no pude preguntar al señor Martínez. Ya sé que el presidente vuela hacia Estados Unidos pero le darán este escrito cuando vuelva. Y espero que se digne leerme.

Y éstas son las preguntas que no pude hacer con socio del Ateneo -desde el siglo pasado- y uno de los pocos supervivientes de la conferencia de fundación de la institución dada por don Julián Marías en el Teatro Albéniz de Gijón.

Señor Presidente: ¿tiene el Ateneo dos censores de cuentas, como dicen los estatutos, elegidos de entre los socios? Si los hay ¿por qué no aparece su informe en el balance de cuentas y en la auditoria? ¿Por qué la agencia, siempre la misma, que organiza los múltiples viajes hace una donación económica de cinco cifras al Ateneo? ¿Por qué esa agencia si quiere hacer una «gracia» al Ateneo no abarata el costo de los viajes? ¿Por qué no sale a concurso la agencia que organice los viajes cada ejercicio de los socios ateneístas? ¿Es consciente la Presidencia de que el Ateneo comete una infracción penalizada por las leyes vigentes en materia laboral al tener a su servicio a trabajadores jubilados? ¿Cuál es la razón por la cual no se llega a un concierto con la Universidad de Oviedo para que sean los catedráticos de esta los que impartan las conferencias y se recurra, con frecuencia, a la San Pablo CEU con el consiguiente gasto de aviones, estancias, dietas, cenas y demás añadidos cuando los catedráticos de aquí regresan a su casa tras disertar en el Ateneo? ¿No tenemos en la Universidad de Oviedo catedráticos de categoría, como mínimo, a la de los de afuera? ¿En qué quedó la edición, en papel, de un boletín trimestral del Ateneo? ¿Qué ocurre con el foro ateneísta en Internet? ¿Qué responsabilidades se le van a exigir a quien ha redactado los estatutos de la Fundación Ateneísta y a quien los envió para su aprobación por Cultura y publicación en el BOPA sin que en el articulado aparezca vinculación alguna entre la Fundación y el propio Ateneo?, ¿Quién o quiénes son los responsables de que dinero del Ateneo se haya ingresado en la cuenta de esa Fundación Ateneísta? ¿Qué se ha hecho para captar socios jóvenes para la institución hasta el punto de que en la asamblea solo había media docena de personas menores de sesenta y cinco años?, ¿Convoca usted nuevas elecciones con el único objetivo de buscar acomodo en su junta directiva a más amigos para que en el Ateneo, quince años después de que usted sea presidente, parezca que se mueve algo? ¿Por qué ha dimitido el secretario, don Rafael, (a quien el ateneísta firmante agradece su amabilidad y ponderación para informar en contraste con la prepotencia de otros,)? ¿Cuántos socios se han dado de baja en el último año? Para las elecciones que anuncia y que se vuelve a presentar como candidato ¿habrá votación secreta o se hará a mano alzada? ¿Por qué se aferra al cargo y no estima que llegó la hora de dar paso a la juventud?

Usted ha hecho, inicialmente, una gran labor por el Ateneo Jovellanos de Gijón. Pero últimamente nuestra institución, con una vida triste, monótona, sin el dinamismo y el desparpajo de la juventud, solamente ofrece muchas conferencias pero de escaso interés -cópiese del Foro Jovellanos que programa pocas pero con pesos pesados- y el resto son viajes. Pero el Ateneo no es el Imserso, dicho sea con todos los respetos. Nuestro Ateneo es, debería de ser, mucho más. Lea de nuevo los estatutos y analice el espíritu de los mismos. Y todo esto, señor Martínez, no es nada personal. Con todos mis respetos.