Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El Plan General de Ordenación de Carreño quedó aprobado inicialmente el jueves en el pleno celebrado en Candás, con los votos del gobierno del PSOE e IU y con el apoyo de URAS. El nuevo planeamiento, que entra ahora en fase de alegaciones, fue descrito por el gobierno como «un diseño del mejor futuro posible para Carreño». Un futuro en el que se prevé potenciar la industria, que podría multiplicar por seis su presencia en el concejo en la próxima década. Es la fórmula que ha buscado el gobierno local para crear empleos y atraer población.

El plan suscitó una viva polémica entre la oposición por la manera en que ha sido elaborado, sin contar con los demás grupos, según estos mismos denunciaron, y especialmente por las concesiones realizadas a la ampliación industrial.

Mientras que el PP, UICA y UNA, en la oposición, hicieron especial hincapié en la excesiva concentración industrial prevista, el gobierno defendió su postura explicando que se trata de atraer población, para lo cual serían necesarias más viviendas y la creación de más puestos de trabajo. «Hemos considerado fundamental la fijación de población», explicó la concejala de Urbanismo, Melania Álvarez. «Se trata de atraer población foránea, a ser posible de concejos limítrofes, mediante la creación de suelo residencial y la creación de empleo», añadió. Ambas aspiraciones explican los dos ejes fundamentales del nuevo PGOU, que prevé la posibilidad de construir cerca de 4.000 nuevas viviendas entre Candás y Perlora y que multiplica la superficie de suelo industrial, que pasa de 327.000 a 2.490.000 metros cuadrados. Álvarez argumentó la inclinación por la industria porque el 40 por ciento de los empleos generados en el concejo provienen del sector industrial, no del hostelero o comercial, que sólo genera el 17 por ciento. «El peso industrial es el precio que tenemos que pagar».

La concejala reconoció que se producirá una mayor concentración de gran industria en Aboño. «Se favorecerá el desarrollo de la industria, pero con una nueva ordenación y con una separación entre ella y los núcleos de población», dijo, y aseguró que se dibuja un corredor verde que «será público y que, por tanto, no podrá ser atravesado por la industria, consiguiendo la creación de una barrera medioambiental».

La oposición fue muy crítica en este aspecto. Xuan Rodríguez, de UNA, valoró que «la contaminación no va a llegar al cinturón verde y dar la vuelta» y Ramón Artime, de UICA, señaló que «vivimos en un concejo atormentado por la industria y este PGOU cercena la posibilidad de mejorar esa situación. No se puede hablar de barreras medioambientales cuando se va a producir una multiplicación masiva de la industria», añadió. El PP, por su parte, tildó de incoherente el plan. «Los núcleos rurales que más van a crecer son Tamón y Carrió, donde se podrá construir vivienda en 600 metros cuadrados, justo donde más concentración industrial existe», concretó la edil popular María del Carmen Fernández.