Eloy MÉNDEZ

Ni los compañeros ni los familiares de Luis Eugenio Fernández se explicaban ayer qué pudo haber pasado para que un conductor con casi veinte años de experiencia al volante de un camión de la basura perdiera el control de su vehículo en una recta que no ofrece, a priori, problemas de visibilidad y que recorría varias veces cada noche. Tampoco los responsables de la Empresa Municipal de Limpiezas (Emulsa) sabían dar una respuesta que aclarase el siniestro de uno de sus trabajadores más veteranos, que perdió la vida a los 55 años, tras precipitarse al vacío desde una altura de quince metros en pleno viaducto de Somonte, en la autopista «Y», cuando se dirigía al vertedero de Cogersa en Serín para descargar la mercancía que transportaba. «Sólo podemos afirmar que el camión no había cumplido los dos años», señaló ayer un portavoz de la empresa municipal.

«La familia está muy mal y a la espera de saber qué pudo fallar para que sucediera esto», decía ayer en el tanatorio Juan José Fernández, uno de los tres hermanos del empleado de Emulsa. Algo que no se conocerá a ciencia cierta hasta que la Guardia Civil de Gijón finalice su informe sobre los hechos, después de varias horas de investigaciones en el lugar donde cayó el camión, una zona de maleza situada junto a la carretera AS-326, que une Tremañes con Serín y que pasa por debajo del viaducto de Somonte.

Lo que sí está claro es que el conductor, que circulaba por el carril derecho de la autopista en dirección Oviedo, se salió del asfalto y se empotró contra la valla protectora, en torno a las 23.30 horas del viernes. «Es casi seguro que a esa hora se dirigía hacia Serín para su primera descarga», señalaba ayer su hermano. Por eso, consideraba poco probable que se hubiera podido dormir al volante. «Es inexplicable. Él llevaba trabajando de noche muchos años y cuando ocurrió el accidente acababa de empezar su jornada», indicaba con cara de desolación.

Una afirmación que compartían también varios compañeros de Fernández, que ayer abarrotaban la sala número 12 del tanatorio, hasta donde llegaron tres coronas de la empresa municipal. «Era una persona con mucha experiencia, llevaba más de media vida en Emulsa y sabía perfectamente cómo conducir un camión de esas características», señalaba uno de ellos. «No sabemos muy bien qué ha podido pasar, porque chocó en un lugar sin complicaciones y, además, no iba por el carril rápido», añadía otro.

Tampoco los tres empleados de grúas Roxu que procedieron a retirar el vehículo accidentado podían ofrecer más datos, después de las cinco horas que tardaron en ejecutar la operación. «Sólo podemos decir que el camión cayó a un lugar de difícil acceso, pero en la autopista nadie se percató de posibles señales que pudieran aclarar nada», dijo un portavoz de la empresa.

Luis Eugenio Fernández había llegado a Emulsa a principios de la década de los noventa para trabajar en las labores de baldeo que se ejecutan en la vía pública. Tras varias pruebas, se convirtió poco después en conductor de uno de los camiones de la basura. En la actualidad manejaba uno de carga lateral, por lo que nadie lo acompañaba en una ruta que realizaba desde hacía varios años. «Su trabajo estaba repartido por distintos barrios de la ciudad, pero siempre recogía los contenedores de las mismas calles», señalaban ayer sus conocidos. Familiares y amigos asistirán a las 13.00 horas de hoy a una celebración de la palabra en el tanatorio de Gijón para darle el último adiós. A continuación, sus restos mortales serán incinerados.