Las escuelas infantiles de Pumarín y Roces, las dos únicas que dependen de la Consejería de Bienestar Social y, en concreto, de la Dirección General de Infancia, recibieron ayer la visita de Gloria Fernández, titular del departamento, que supervisó el estado y funcionamiento de ambos centros. La directora general mantiene que los centros de Infantil que gestionan «son sitios que dan una altísima calidad asistencial y educativa, y merecen todo nuestro reconocimiento». En la actualidad los dos centros gijoneses ofertan 60 plazas cada uno para niños menores de 3 años, «y están absolutamente llenos». Su baremo de admisión es distinto del de la red educativa regional, ya que se prima más el nivel de renta de las familias que las necesidades de conciliación, pero Gloria Fernández reconoció que el perfil «de los alumnos y las familias cada vez es más heterogéneo, fruto, precisamente, de la apertura de más centros de Infantil de la red pública».

Aunque aún no se ha encarrilado la integración de todas las escuelas de bebés en una única red, los miembros de IU en el Gobierno regional no desesperan. «Siempre defendimos ese modelo integrado, pero sin que estemos dispuestos a perder el tipo de atención que se está dando en estos centros», añadió Fernández. Sobre los temores que pueda haber por los recortes de financiación, Gloria Fernández aseguró que los recortes «no pueden llegar a estos centros. Son proyectos muy consolidados y cumplen los objetivos propuestos a la perfección, pero lo cierto es que aún queda mucho por negociar», indicó.