M. S.

El Ayuntamiento anuncia un campo de fútbol de Primera tras la reforma. Pero los aficionados con algún tipo de minusvalía o con movilidad limitada tienen sus dudas. Dudas que no han dudado en trasladar al equipo de gobierno: «Para ser un estadio de Primera, europeo, moderno, El Molinón no puede tener barreras arquitectónicas».

Hablan quienes, cada domingo que el Sporting juega en casa, tienen que sortear dificultades «tremendas». Las personas que utilizan silla de ruedas tienen una zona habilitada a pie de campo, pero «a veces no hay sitio para todos». Aparte, «no hay por qué ir en silla de ruedas para tener problemas de movilidad», puntualizan. Lo que piden, ahora que la reforma del estadio entra en una fase decisiva, es que «se nos tenga en cuenta».

Afectados por la situación actual del campo gijonés plantean, en este sentido, que «se creen accesos y se instalen ascensores para uso exclusivo de personas con discapacidad o problemas físicos». Un sector de la afición que abarca desde «una persona que use muletas a un crío que se ha roto una pierna y no quiere perderse al Sporting».

No hay que olvidarse, prosiguen, de que «muchos aficionados son ya mayores». El Ayuntamiento ha invertido en la reforma del estadio 16 millones de euros, a los que hay que sumar los 9 que gastará Procoin en la nueva fachada y otros 12 por el acondicionamiento de los bajos para su uso comercial.