J. L. ARGÜELLES

La elección de Gijón para celebrar mañana jueves el «Día marítimo europeo», una jornada anual que la Comisión Europea (CE) fijó en 2008 y cuya organización encomendó en las dos citas anteriores a Bruselas y Roma, no es fruto de la casualidad. Al contrario. Es el resultado, según las distintas versiones pulsadas ayer por este diario, de varios proyectos en ejecución (la ampliación portuaria, la zona de actividades logísticas, la autopista del mar...) y de un premio tan importante como el concedido el pasado noviembre por ESPO, organización que aglutina a las dársenas europeas, a las transformaciones urbanas materializadas por la relación de una ciudad con su puerto. El Principado ha ganado voz y tiene hoy mucho mayor peso que hace sólo unos meses en el frente que elabora la política marítima atlántica de la UE, aseguraron las mismas fuentes, una estrategia mucho menos desarrollada aún que la mediterránea.

Paul Nemitz, uno de los responsables de coordinar el desarrollo de las políticas marítimas de la CE, se refirió ayer al «potencial» marítimo de Asturias a propósito de la inminente entrada en servicio de la autopista del mar entre Gijón y Nantes-Saint Nazaire, en la costa occidental francesa. Pero también enseñó el naipe de la cautela, la carta que siempre guardan los europolíticos para que nadie pueda reprocharles la responsabilidad en una posible inclinación de la balanza: «Ahora bien, dependerá de la región (Asturias) buscar la oportunidad de negocio». También reiteró el apoyo de la CE a una nueva política de transporte que tiene sus principales bazas en el ferrocarril y la navegación de corta distancia.

Nemitz elogió, en términos rotundos, «la reestructuración del frente marítimo gijonés» y más adelante, en conversación con este periodista y pese a «no querer hablar de dinero», sí hizo hincapié en la necesidad de gastar bien los recursos. La necesidad de combatir el déficit se ha convertido en uno de los mantras más socorridos por todos los políticos europeos, sin cuestionar ni por un momento la muy costosa euroburocracia que pagan los ciudadanos de la UE.

El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, que inauguró la conferencia «Euromares 2010», dos sesiones de debate e intercambio de conocimientos (ayer y hoy) sobre innovación y asuntos marítimos, pidió una «estrategia integral» que sume esfuerzos desde todos los campos posibles (el político, el científico...) y admitió la necesidad de buscar una mayor eficiencia en la adjudicación de los recursos, pero también dejó clara la necesidad de «un marco presupuestario estable y a largo plazo».

«Somos casi el epicentro geográfico del Arco Atlántico y conocemos y hemos practicado a lo largo de los años las políticas marítimas», dijo, no exento de cierta grandilocuencia, Areces. Han sido muchos meses de cosechar críticas feroces por el sobrecoste de la ampliación de El Musel y su proyecto energético, que pivota sobre la futura regasificadora de la terminal gijonesa. Así que estos días, con motivo de la celebración en Gijón de una de las convocatorias importantes de la Presidencia española de la UE, saca pecho. Más allá de que quiera arreglar algunas cuentas políticas, Areces es un presidente que tiene subrayadas en su agenda las palabras «política marítima». Ayer recordó la organización, el año pasado, del panel de expertos «Climas», el «plan Marea» (la estrategia marítima asturiana) o la creación en el concejo de Valdés del Observatorio sobre recursos costeros y marinos del Arco Atlántico, que complementará la labor del Instituto Oceanográfico de Gijón.