J. L. A.

«Esperamos que no haya ningún tipo de sorpresa en ese sentido». Fue la respuesta que el consejero de Infraestructuras, Francisco González Buendía, dio ayer a una pregunta de este diario sobre la posibilidad de que la Comisión Europea (CE) recorte parte de los 247,5 millones de ayudas que aprobó para la obra de ampliación de El Musel.

Más adelante, el también vocal del consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Gijón, en representación del Principado, manifestó: «Con independencia de todos los avatares que puedan surgir, porque no descarto nunca nada, esa obra está ya acabada».

El Puerto, que debe tener finalizada su ampliación a final de este año, aún tiene pendiente de cobrar el 20 por ciento de los 247,5 millones, en fondos de cohesión, aprobados por la CE. Es una partida que debe recibir cuando concluya los trabajos, pero algunas voces han dado la alarma ante la posibilidad de que las autoridades comunitarias hagan algún ajuste financiero que obligue a los responsables de El Musel a devolver parte de las ayudas.

La CE ya rechazó una petición de nuevos fondos de cohesión al considerar no ajustada al procedimiento comunitario la modificación económica aprobada por El Musel. El Ministerio de Fomento tuvo que aprobar un crédito de 215 millones, un millón menos que el sobrecoste acumulado por la obra de ampliación, que costará finalmente 715,6 millones, sin IVA. El Puerto debe hacer frente a una deuda reconocida de 465 millones.

Una imprevista devolución de fondos europeos complicaría el actual plan de financiación de El Musel, más con el anunciado ajuste del déficit público. Buendía se mostró ayer optimista: «En momentos problemáticos, lo importante es que las grandísimas obras están en marcha o a punto de finalizar, como es el gran puerto de El Musel».

Y una segunda pregunta: ¿los recortes económicos pueden afectar a la zona de actividades logísticas e industriales de Asturias (ZALIA)? «No, evidentemente, no», respondió el Consejero. «Estamos esperando para cerrar unos flecos que nos permitan arrancar la obra y sus accesos; tenemos que remar todos en la misma dirección, y el que no rema es que, si no ciego, está miope», añadió Buendía.