Piedras Blancas (Castrillón),

A P. G./ I. M.

-Alteza, perdió su Atleti.

-Creo que estuvo mejor el Sevilla-, reconoció el Príncipe al castrillonense Esteban Ruiz, que sentado en su silla de ruedas durante horas consiguió estrechar la mano de don Felipe en la plaza de Europa.

La afición colchonera del Príncipe sirvió a muchos de los que ayer se echaron a las calles de Piedras Blancas con motivo de la visita real para entablar conversación con el hijo del Rey.

-El Atleti se mereció haber ganado-, se dirigió a don Felipe otro castrillonense

-Jugó peor, creo yo.

Los castrillonenses comenzaron a tomar los alrededores de la casa consistorial a las diez de la mañana. «Vivo aquí al lado, no voy a perder la ocasión de ver a la Princesa y al Príncipe», señaló durante la espera María Josefa Ramos, que hizo novillos en la Escuela de Adultos ante la real visita. A pesar de encontrarse en primera línea, Ramos no se esperaba, como cientos de castrillonenses, encontrarse cara a cara con los Príncipes de Asturias. Y es que nada más poner pie en Piedras Blancas, Don Felipe y doña Letizia se volcaron con la multitud, respondiendo de forma amable y cariñosa a los piropos de unos y otros. Los Príncipes de Asturias se mostraron cercanos al pueblo castrillonense durante el trayecto entre la casa consistorial y el colegio Infanta Leonor, que realizaron a pie.

«Es súper guapa, ¿no?», «menudo taconazos trae... y camina bien y todo», «que delgadina ye», decían ellas sobre la princesa. «¿Qué tal está el Rey?», «gracias por venir», «su equipo no pudo con el Sevilla», decían ellos a don Felipe.

Marita Álvarez consiguió besar al Príncipe: «Me puse tan nerviosa que no sé ni lo que me dijo», relató tras el encuentro. «Llevo cuatro besos pa casa, ¡cuando lo sepa mi marido!», contó Mari Luz Rodríguez tras dar un par de besos al presidente del Principado y otros tantos a doña Letizia. Y una mujer que prefirió no facilitar su identidad por respeto a su marido comentaba a su amiga: «Me acabo de volver a enamorar».

Los Príncipes no sólo estrecharon la mano y besaron a pequeños, adultos y mayores. Muchos no quisieron quedarse sin foto junto a los llamados a portar la Corona española.

Las anécdotas continuaron a las puertas del colegio Infanta Leonor, donde los Príncipes se despidieron de los castrillonenses y de las autoridades, entre las que se encontraba el presidente Vicente Álvarez Areces, al que una castrillonense cambió de partido: «Sí, mujer, ese es el que le da los Premios, el alcalde de Oviedo».