¡Qué bárbaro! Fue una de las expresiones de tío Perico que permanecerán siempre en nuestra memoria y en nuestros corazones. Cuando estéis celebrando la misa en Somió por tío Perico, también estaremos celebrando otra misa aquí en Battambang a 10.000 kilómetros de distancia, pero en unión de corazones. ¡Qué bárbaro! Tío Perico. Una vez más nos haces sentir la Unión en la sencillez y nuestra vocación de familia universal.

Pensando en tí, Tío Perico, lo primero que me viene es tu presencia amable, cercana y elegante; siempre alegre y suave, siempre tan unido a tus hermanos, como quien no quiere molestar, siempre has estado presente.

Tímidio y alegre, positivo y elegante, te hiciste presente entre nosotros, y mucho entre los sobrinos, brindando un mundo más grande a nuestras pequeñas historias diarias. Con tu carácter sencillo y sin ambiciones, nos abriste a la admiración de otros mundos y a tener perspectivas nuevas sobre las cosas.

¡Qué bárbaro! Tío Perico. En nombre de todos en la familia, quiero dar gracias a Dios por ti, por haber tenido la suerte de tener un tío tan especial: sencillo y grande. Tan amable y cariñoso con todos. Tan silencioso y presente en la familia. Tan de Gijón y tan Universal.

Gracias Tío Perico por tu cariño y cercanía, por tu alegría y sencillez. Gracias Tío Perico por tu capacidad de admiración con la que nos has hecho disfrutar tanto.

¡Qué bárbaro Señor! Gracias por el don que supone tío Perico a la familia, gracias por su larga vida y llena de cariño.