J. L. ARGÜELLES

La empresa adjudicataria de la autopista del mar entre entre El Musel y Nantes-Saint Nazaire, la compañía GLD Atlantique, negocia con las compañías encargadas de la logística de Renault y PSA (Peugeot Citroën) para transportar vehículos entre Francia y El Musel a través del nuevo servicio marítimo, según adelantó ayer el director general de la citada naviera, Paul Kiprianou.

«Tenemos contactos con ellos y la intención es que podamos transportar por barco algunos modelos producidos en el norte de Francia, y desde Gijón moverlos al resto de España», manifestó el directivo de GLD Atlantique. No hay aún un acuerdo firme, pero según las explicaciones de Kiprianou, esas «negociaciones» avanzan por buen camino: «Lo que hemos hecho es ofrecer este servicio y ahorá habrá que ver cuál es la mejor solución».

GLD Atlantique, empresa que pertenece en un 98 por ciento a la italiana Grimaldi y a la francesa Louis Dreyfus (el 2 por ciento restante es de la Autoridad Portuaria de Gijón y del Puerto de Nantes-Sain Nazaire), anunció ayer que, si no se tuercen las previsiones, la autopista del mar entrará en servicio el próximo mes de septiembre. Todo indica que antes del 8 de junio se resolverá la preceptiva tramitación pendiente: el visto bueno del Senado (el Congreso ya dio su aprobación) y la ratificación por parte de la Asamblea Nacional Francesa. Esta conexión, que es la primera autopista del mar atlántica, tiene unas subvenciones de 30 millones de euros, aseguradas a partes iguales por los gobiernos de España y Francia. Dispone, además, de otros cuatro millones con cargo al programa comunitario «Marco Polo». La Comisión Europea (CE), que defiende una nueva estrategia de transporte con un mayor protagonismo para el barco y el ferrocarril, ha autorizado estas ayudas. La otra autopista del mar aprobada, la que unirá Vigo con Le Havre, también en la costa occidental francesa, tiene aún pendiente esa ratificación por parte de la CE.

Kiprianou, que participó en uno de los seminarios organizados en la Laboral con motivo de la celebración del Día marítimo europeo, indicó que la autopista del mar tendrá inicialmente tres servicios semanales, aunque el objetivo es que en un futuro estén operativos dos buques para ofrecer una conexión diaria entre Gijón y Nantes. GLD Atlantique prevé mover en su primer año un total de 13.000 camiones y 18.000 vehículos. Esa cifra aumentaría, siempre según los cálculos de la naviera, hasta las 22.000 unidades en el segundo año y se embarcarían 33.500 camiones en el tercer ejercicio. «Podemos doblar esta cifras en el quinto año», apuntó el directivo.

En el mismo debate, que moderó Antonio Masip, eurodiputado socialista asturiano y ex alcalde de Oviedo, el director de El Musel y de la obra de ampliación de la terminal gijonesa, José Luis Díaz Rato, subrayó que, a su juicio, el principal puerto asturiano está ahora mismo en condiciones, con las nuevas instalaciones y el desarrollo de su plan de diversificación, de entrar en las rutas transoceánicas de contenedores: «Podemos dar el salto hacia el otro lado del Atlántico». Y anunció que la nueva terminal para la autopista del mar, en los muelles de La Osa, estará finalizada en un mes.

Díaz Rato, que fue presentado por Masip como el «autor intelectual de la ampliación de El Musel», también se mostró convencido de que la dársena gijonesa tiene una excelente posición para poner en servicio más autopistas del mar con los puertos del norte de Europa y de Inglaterra. La Autoridad Portuaria de Gijón encabeza el programa comunitario «Proposse», en el que participan Aveiro (Portugal), Le Havre (Francia), Cork (Irlanda) y Poole (Inglaterra), para facilitar a las pequeñas y medianas empresas el transporte marítimo de corta distancia («short sea shipping», según la expresión inglesa utilizada por los especialistas). La CE apuesta hoy por el barco para el movimiento de mercancías por dos razones tan obvias como perentorias: los pasos por carretera de los Pirineos y los Alpes están colapsados por los camiones y el transporte marítimo es menos contaminante. Díaz Rato relató ayer el «largo y complicado» camino que ha debido recorrer la concepción integral (logística) de un movimiento de mercancías «puerta a puerta».

El Musel, que dedicará las instalaciones que ocupa ahora la EBHI (graneles sólidos) a una terminal de mercancía general, sale muy reforzado con esta nueva política de transportes. Su centralidad en el Cantábrico y sus calados le pueden convertir en una referencia en el Arco Atlántico. Como se ha puesto de manifiesto en muchos de los debates del Día marítimo europeo, Asturias puede dejar de ser una región periférica si aprovecha las ventajas que le ofrece su superpuerto.

Kiprianou no se engaña. Dejó claro ayer que los primeros meses de la autopista del mar serán «difíciles». Ha ocurrido en todos los casos. Por ejemplo, las del Báltico fueron deficitarias durante años. «Al principio tampoco tendremos muchos pasajeros, porque la promoción se hace en enero y febrero», admitió el directivo de GLD Atlantique. ¿Cabe una rectificación de los proyectos debido a las crisis económica y a las particulares dificultades de España? «La crisis trae preocupación porque disminuye la demanda de transporte, pero el potencial existe y vamos a seguir con nuestro proyectos», señaló.

Tal y como ha publicado este diario, el pasaje en el buque ro-pax (tráfico rodado y pasajeros) costará 450 euros, una tarifa que Kiprianou considera muy competitiva y ventajosa para el camionero. Pero hizo una advertencia: «Habrá que ver cómo evolucionan los precios del petróleo». El viaje (nocturno, para que puedan descansar los transportistas) durará 14 horas. El barco tiene 2.300 metros de línea de carga y uno de los objetivos de GLD Atlantique es ofrecer este servicio a la numerosa comunidad de emigrantes española en Francia para que pueda embarcar con su vehículo. Kiprianou hizo resaltar que los planes de la naviera pasan por hacer de la autopista del mar una conexión atractiva para toda la gran región industrial de París, además de para Portugal, Bélgica y Holanda.