Perlora, B. FERNÁNDEZ

De los 221 chalés que hay en la Ciudad de Vacaciones de Perlora (Carreño), sólo once se encuentran en estado de ruina, 64 necesitan de reformas, y 146 están totalmente operativos, según un informe técnico de la Dirección general de Patrimonio del Principado de Asturias, fechado en abril de 2007. Eso implica que, si se cumplen las bases del contrato de adjudicación por el que se concedió la reforma y explotación de Perlora a cinco empresas asturianas, deberán mantenerse en pie 210 de las villas del recinto. Es decir, casi la totalidad.

Según reza en las bases, «la ordenación de la finca y sus edificaciones deberá respetar los chalés edificados existentes en la residencia, que sólo son susceptibles de ampliación, rehabilitación y mejora, salvo que se imposible su rehabilitación y mejora». Por ese motivo, el Principado efectuó la valoración de las villas, concluyendo que sólo once podían ser demolidas, y que para ello sería necesario contar con una autorización especial. Sin embargo, las intenciones de las adjudicatarias de la Ciudad de Perlora pasan por eliminar todas menos nueve de las villas tradicionales que pueblan el complejo turístico. Algo que no gusta mucho a los vecinos. Todo lo contrario.

Desde la asociación de vecinos de Perlora se afanan en recordar que los chalés son la génesis del pueblo, y más aún se ha recordado que su alteración supone el desagravio de las bases del concurso que las empresas ganaron con una oferta en la que se respetaba la fisonomía y composición de esta arquitectura típica de mediados del siglo pasado.

El caso es que la intención de la empresa privada va en otra dirección, y sus planes pasan por dejar menos de media docena de villas en pie, dentro de una misma manzana, a la entrada de la residencia, «como memoria viva de los tipos edificatorios y de ocupación del espacio más característicos de la ciudad». Así reza en el plan de reforma interior presentado hace pocos días en el Ayuntamiento de Carreño y del que se desconocen los detalles. El resto de chalés desaparecerán, dejando lugar a «edificios prefabricados en lo constructivo aunque no en el diseño, de manera que con pequeñas obras de cimentación y servicios puedan ser depositados en su ubicación y puestos en uso», según los planes de las empresas.

No están cuantificadas, e incluso muchas quedaron por arreglar, pero aún hoy se puede encontrar multitud de construcciones del lugar en cuya entrada se encuentra una placa que aclara que los edificios han sido restaurados por la escuela taller de Perlora, dependiente de la Consejería de Educación y Ciencia, con la colaboración del Fondo Social europeo, en el año 2004. Incluso en el 2007, con la residencia ya clausurada por el Principado, la escuela seguía realizando labores de mantenimiento y restauración. Ese último año se llevó a cabo el mantenimiento de algunos chalés, e incluso la edificación íntegra de uno de ellos, incluidos sus cimientos, como práctica profesional de los alumnos de la escuela taller. Se indico, asmismo, que aún quedaban mucha viviendas pendientes de rehabilitar dentro de las instalaciones, pero que debían renovarse antes de la explotación privada del complejo.