R. GARCÍA

La alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, y su concejal de Educación y Cultura, Justo Vilabrille, volvieron ayer a las aulas, aunque sólo fuera durante media hora, con una visita al Colegio Público Río Piles. La regidora y el concejal fueron recibidos por decenas de niños que les esperaban con banderas de la ciudad y con la música asturiana de los hermanos Daniel y Diego Rodríguez, de 11 y 12 años, miembros de la banda «Villa de Xixón».

De entre todos los alumnos presentes en el acto sólo uno se atrevió a dirigirse a los políticos. Tímidamente Álvaro García le preguntó a la regidora gijonesa con gran desparpajo: «¿Usted cuántos años tiene?». Felgueroso le respondió sin dudarlo: «72». Álvaro sonrió y volvió a la fila con sus compañeros. Una niña situada a escasos metros le riñó: «Eso no se puede preguntar, que mi madre me ha dicho que es de mala educación». Álvaro no se dejó intimidar y volvió a clase con una sonrisa en la cara y posando ante las cámaras. Era el indiscutible protagonista del día.

«Con esta visita queremos felicitar al equipo del centro por su trabajo y estrenar de paso el equipamiento para niños de 3 años que se ha puesto ahora en marcha» señaló Felgueroso tras la visita. El Ayuntamiento de Gijón puso en marcha la nueva aula el pasado año y para complementar los servicios dotó al centro educativo de una nueva zona de juegos, que ayer estrenaron algunos escolares tras el corte de la cinta oficial. «Con este nuevo equipamiento aumentamos nuestro esfuerzo para que los niños se relacionen con su entorno», aseguró el director del centro, Pedro San Francisco.

Vilabrille y Felgueroso también quisieron conocer de primera mano la educación bilingüe que reciben los alumnos del centro. «¿Cómo se os da el inglés?» preguntó la Alcaldesa. «Está chupado», contestó uno de los alumnos.

Felgueroso no pudo abandonar el centro sin peticiones. Desde el patio de recreo una niña le lanzó a voz en grito una propuesta para que la tuviera en cuenta: «Queremos que limpie todos los edificios de la ciudad y que nos ponga miles y miles de columpios». Felgueroso, por su parte, concluyó su visita con un alegato a favor de la educación pública: «Podemos estar muy orgullosos de los colegios que tenemos en Gijón».