Ángel CABRANES

«Será la única vez que los asturianos vayan a celebrar una fiesta al estilo alemán», asegura Luis Gorrachategui. El director de la «Oktoberfest» fue el encargado de abrir ayer las puertas del lugar más "español" en Gijón para un evento germano: La plaza de toros de El Bibio. Allí, hasta el próximo 6 de junio, se celebra un certamen en el que los organizadores pretenden servir «100.000 litros de cerveza para acompañar salchichas, codillos a la brasa y costillas al estilo Baviera». Como irse de cañas, pero con otro acento.

«Es la primera ocasión que se celebra en Asturias esta cita, tradicional durante el mes de octubre en Alemania. Ya lo hemos organizado con éxito en Valencia, Almería, Logroño, Zaragoza y San Sebastián de los Reyes. Ahora buscamos darla a conocer desde un lugar emblemático de Gijón», advierte Luis Gorrachategui. Sentado en uno de los típicos bancos corridos bávaros instalados ahora sobre el albero de El Bibio, contempla cómo los 16 grifos de cerveza «tradicional» comienzan a saciar la sed de los visitantes.

La clásica elaboración de su bebida es otra de las bases del éxito del «Oktoberfest», como aclara el organizador: «En Alemania obligan a que esté compuesta sólo de agua, cereal y lúpulo, sin ningún conservante ni añadido. Nosotros respetamos esta premisa en nuestra cerveza rubia de cebada, trigo turbia y trigo negra. Son naturales y diuréticas. Digamos también que no emborrachan tanto».

Los primeros tragos refrescan un ambiente en el que ya humean enormes salchichas bratwurst junto a piezas de queso emmental. «La previsión es que 100.000 personas acudan a probar nuestros productos. La media es que, cada uno de ellos, beba un litro de cerveza. Echa el cálculo final», reta Gorrachategui mientras la camarera Nelly Antonella atraviesa los 2.000 metros cuadrados de carpa con dos jarras.

Y es que la plaza de toros gijonesa es ahora una pequeña Múnich. El servicio está ataviado con la típica vestimenta germana «miesbach», suena música tradicional en directo y también un pinchadiscos anima al público para «brindar y bailar todos juntos, porque aquí prima el compadreo», subraya el director.

Algunos prefieren dar la vuelta al ruedo de otra forma, y se refugian en los burladeros donde también se alinean panaderías y bodegas de licores como el de frutas pampelmuse, aguardiente de cerezas, guindas y peras.

El trago de responsabilidad que afrontan los toreros al entrar en el ruedo se convierte ahora en el más apetecible. Hay algún turista que incluso luce la camiseta del equipo de fútbol del Bayern Múnich mientras husmea la carta. «Los precios son populares. La jarra de cerveza de litro cuesta 7,50 euros, la de cebada, y 8 euros la de trigo. Además tenemos un menú Baviera en el que se pueden degustar varios platos por 16 euros», destaca Gorrachategui. Todo está dispuesto para vivir un espectáculo que quiere salir por la puerta grande.