M. C.

El enfrentamiento entre los principales accionistas de KLK por el control de la sociedad también llegó a los tribunales en 2005, cuando la familia Urquiola y otros accionistas desbancaron a Sergio Tamargo Fernández de la presidencia de la empresa y lo demandaron ante el Juzgado de lo mercantil, exigiéndole responsabilidades por realizar lo que consideraban que era una gestión en perjuicio de la empresa durante sus mandatos anteriores.

El conflicto llegó tras la dimisión, en mayo de 2004, de Audiastur Auditores del Principado, que había auditado las cuentas de la sociedad durante más de una década. El Juzgado de lo mercantil dio la razón parcialmente a los demandantes, en una sentencia ratificada por la Audiencia Provincial de Oviedo en 2006 y que fue recurrida por ambas partes ante el Tribunal Supremo.

La Audiencia condenó a Tamargo a indemnizar a KLK con 41.331,42 euros por cuestiones acaecidas bajo su gestión.

La cifra fue sensiblemente inferior a la que pedían los socios que impulsaron la demanda. La sentencia rechazó la petición de indemnización de otros 116.872,52 euros por la decisión de Tamargo de que KLK no suscribiera totalmente en 2001 una ampliación de capital de EKE. También rechazó que tuviera que reintegrar gastos por gestiones del grupo en Estados Unidos, donde también cuenta con una filial.

Por otro lado, la Audiencia Provincial obligó a KLK a admitir la designación de Sergio Tamargo Chamorro como consejero en representación de la familia Tamargo, pese a las acciones de responsabilidad que habían iniciado los entonces representantes de la empresa contra su padre. Ahora la familia Tamargo vuelve a tomar las riendas de la sociedad.