M. C.

La posible adquisición de KLK por parte del grupo Delachaux supondría el desembarco en Gijón de una multinacional que es líder en Europa en fijaciones y sistemas de fijación para raíles de alta velocidad ferroviaria, un sector en el que compite en España con Redalsa, empresa participada por Arcelor-Mittal.

Delachaux agrupa a un conglomerado de más de 60 empresas, con presencia en veinte países y en las que trabajan unos 2.500 empleados. La compañía está controlada por una de las principales fortunas de Francia, la familia Delachaux, que, a través de su sociedad patrimonial, Sogrepar, controla casi el 58% de la empresa. Los otros accionistas relevantes son dos fondos de inversión de Fidelity, mientras que un 41,63% de las acciones cotiza en la Bolsa de París.

La multinacional está estructurada en tres divisiones: vías férreas, conductividad (equipos de transferencia de energía eléctrica y de transmisión electrónica de datos) y productos especiales (sector aeronáutico, generación eléctrica, industria del automóvil y manipulación de materiales). A la primera de esas divisiones pertenecen las tres fábricas que tiene en la actualidad en España, en el País Vasco y en Cataluña, de la empresa Railtech-Sufetra-Tranosa.

El bocado más grande que ha digerido hasta la fecha Delachaux fue la adquisición de la británica Pandrol, en 2003, una operación que fue analizada por el servicio de Defensa de la Competencia y que aupó a la empresa resultante al primer lugar en el sector de fijaciones de raíles en Europa y en España.

Algunos de los productos que fabrica KLK, como catenarias para ferrocarriles y otros componentes electrónicos también los produce Delachaux. Ambos grupos tienen filiales en Estados Unidos. KLK también tiene una en Francia.