E. P.

No existe razón alguna que justifique la acción de la Justicia por el encadenamiento de un hombre a las puertas de la escuela de su hijo. El juez acaba de dictar el sobreseimiento de la causa contra un gijonés detenido hace un año durante las movilizaciones de los padres de alumnos del Colegio Cabueñes. El hombre fue detenido el 18 de junio de 2009, tras recibir una denuncia en el que se le acusaba de haber colocado cadenas en las puertas del centro para impedir la entrada. El arresto se produjo horas después de que acudieran al colegio efectivos del cuerpo de Bomberos y de la Policía, tras hallarse el hombre encadenado a las puertas del centro por segundo día consecutivo.

Pese a que la fiscalía había pedido que el progenitor fuera juzgado por una falta, el caso fue finalmente sobreseído. Los padres criticaron en su día la actuación policial «desmedida». Con sus movilizaciones, los progenitores rechazaban la creación de un aula mixta de niños de 4 y 5 años.

El día del arresto, y siempre según la versión policial, cuando una veintena de niños, que a diario utilizan el servicio de desayuno del centro, ya se encontraban en el interior del mismo con el personal que les atiende, las cuatro puertas de acceso a las instalaciones fueron cerradas con cadenas y candados. El personal del colegio dio aviso a Bomberos, personándose en las instalaciones una dotación del cuerpo local para retirar las cadenas de tres puertas, pero al tratar de hacerlo en la cuarta, un numeroso grupo de personas les impidió «violentamente y con amenazas» de llevar a cabo la retirada de la cadena y el candado.

Como consecuencia de ello, funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía procedieron a romper el candado, siendo «abucheados e increpados por los asistentes que trataron de impedírselo». El rifirrafe se saldó con uno de los progenitores detenido y otros dos heridos leves, situación que suscitó numerosas opiniones en días posteriores. El concejal Justo Vilabrille lamentó entonces que se hubiera producido una situación «tan violenta».