A. RUBIERA

A la parroquia gijonesa de Santurio la separan 95 kilómetros de los lagos de Covadonga. Eso caminando ininterrumpidamente sin hacer más paradas que las necesarias para recobrar el resuello son del orden de 14 horas dando zapatilla. Lo saben bien -y lo sudan- algunos gijoneses como José Miguel Martínez, hostelero del restaurante Los Nogales, o Juan Caso, de Casa Yoli, y también Juan Carlos Alonso. Ellos son tres de los andariegos que llevan casi diez años completando la ruta Santurio-Covadonga, que en las últimas ediciones incluso han prolongado un poco más con la subida a los Lagos.

En esta edición el equipo completo de caminantes lo componen los tres implicados más José Luis Casielles, Eduardo Fernández, José Luis Montes y, por primera vez, tres féminas: Covadonga Sánchez, Aurora de la Fuente y María Martínez, la benjamina, hija de José Miguel. A las ocho de la tarde de ayer el grupo se reunió en el restaurante Los Nogales para, tras unos minutos, arrancar a caminar. «Más que una promesa, esta ruta es el objetivo y el reto que nos ponemos para obligarnos a caminar todos los días un poco. Si no fuera así, con el trabajo que tenemos todos, al final no sacaríamos tiempo para el deporte. De esta manera sabemos que hay que estar en forma y algunos llevamos desde enero preparándonos», explicaba ayer Martínez. Llegó el momento de demostrar ese buen tono muscular.