Ángel CABRANES

El teléfono no para de sonar mientras Paco Ignacio Taibo II analiza la próxima edición de la «Semana negra». Tras el humo de un cigarro, una gota de sudor atraviesa su frente como metáfora de la trepidante organización de un evento que cumplirá el próximo 9 de julio su 23ª. edición a orillas de la playa del Arbeyal. Por delante, nueve días para celebrar «una gran fiesta popular y un certamen literario de alta calidad», como destaca el director del festival.

-Haga un balance de los 22 años de la «Semana negra».

-Tenemos el festival que queremos. Hemos creado una mezcla de gran fiesta popular con un certamen literario de alta calidad. Los escritores se encuentran como en casa y se crea una inercia muy positiva entre literatura y discusión cara al público. Estamos consolidados en Gijón y, a pesar de que hemos sufrido un recorte en el presupuesto, la próxima edición será igual o superior a las anteriores.

-¿Cómo se buscó la solución al recorte del 7 por ciento?

-En el global, la «Semana negra» tiene tres fuentes de financiación: patrocinadores privados, rentas recibidas de los feriantes y hosteleros y subvenciones públicas. El recorte sólo vino en las cantidades percibidas de Principado y Ayuntamiento de Gijón. Se logró un pequeño aumento en los patrocinadores y esto nos sirvió para equilibrar la balanza. Para ajustar el gasto haces magias pequeñas, como renunciar al explanado de la playa en su margen derecha, llegar a acuerdos con algunos autores para que sean ellos los que se financien el viaje... La cifra total del presupuesto no es para angustiarse, porque en este certamen no estamos para ganar dinero. Lo que tenemos lo gastamos, en decoración o en nuevas publicaciones.

-¿Cuál es el presupuesto total?

-No tengo ni idea. Eso lo sabe José Luis Paraja, que es el encargado de ello.

-¿Cómo es el proceso de fabricación de una «Semana negra»?

-En el mes de enero, me reúno con Ángel de la Calle y José Luis Paraja para trazar, a grandes rasgos, lo que queremos. Después, a partir del mes de mayo, vamos pormenorizando con el resto del equipo, que está integrado por unas quince personas.

-¿Cuándo les comunicaron que este año repetiría el Arbeyal como sede?

-En febrero teníamos tres posibilidades y yo tomé una posición en la que fuera el Ayuntamiento quien decidiera. El mes de mayo nos confirmaron el Arbeyal, poco antes de que se publicara en los medios, aunque ya teníamos preparadas las otras dos alternativas.

-Además del Arbeyal y el campus de Viesques, ¿cuál era la tercera opción?

-Me la guardo, porque a lo mejor alguna vez la tenemos que usar, y no quiero pelearme con los vecinos antes de tiempo.

-¿Qué errores hay que corregir respecto al año anterior?

-El primero, cambiar la entrada al recinto, que el año pasado, debido a las estructuras decorativas, hizo que el público se desparramara. Acercaremos la zona literaria a la parte de abajo. El segundo es que no podemos permitir que se haga un campamento en la playa, por lo que los vendedores ambulantes estarán cerca de la zona de servicios y agua. Aunque, en términos generales, el esquema será similar.

-Una de las asignaturas pendientes son los aparcamientos.

-Revisamos nueve posibles localizaciones, pero hay que tener claro que no son zonas «Semana negra». Hay que crear pactos con los dueños para habilitarlos. Su resolución está pendiente de una reunión con José Manuel Sariego (concejal de Festejos).

-¿Cómo definiría la temática de la próxima edición?

-Abrimos muy fuerte con una parte de ciencia-ficción, habrá buena novela histórica, la poesía está todavía por amarrarse, pero nunca tenemos un tema en concreto. ¿Para qué vamos a tener una camisa de fuerza que nos condicione a un determinado contenido? La lista de autores es poliédrica y las actuaciones musicales también serán variadas. Tengo gran ilusión en una mesa redonda sobre ciclismo, a la que espero que acuda Federico Martín Bahamontes.

-Otros de los nombres que llaman la atención es el del general cubano Fabián Escalante.

-Él fue el único tipo que derrotó a la CIA en este planeta. Ya está jubilado, se puede dar el lujo de contar cosas y anécdotas de cómo lo consiguió.

-¿Puede desvelar alguna novedad más?

-Algo interesante es que la obra «La civilización occidental y cristiana», del argentino León Ferrari, premiado en la pasada edición de Arco, ilustrará las reuniones en la sala de encuentro con los escritores.

«Además del Arbeyal y el campus de Viesques, barajamos una tercera opción. La reservo, no voy a pelear con los vecinos antes de tiempo»

«Revisamos nueve localizaciones para aparcamientos y su resolución está pendiente de pactos con los propietarios»