A. RUBIERA

«Hay una clara inquietud en muchas familias por promover un modelo educativo diferente al actual. Y si tenemos que ser nosotros los que tomemos la iniciativa, pues por qué no». Eva Friera, una de las madres que está detrás del proyecto de crear un nuevo colegio en Gijón bajo la fórmula de una cooperativa de familias y diferenciándose con la aplicación del modelo pedagógico finlandés, se mostró ayer muy satisfecha de la respuesta que tuvo la primera reunión informativa que se celebró a primera hora de la tarde en la Escuela Infantil El Bibio. El aula reservada para el encuentro se llenó con algo más de medio centenar de personas, que escucharon cómo las impulsoras iban desgranando lo que quieren que sea el proyecto «L'Andolina» (golondrina en asturiano).

Apoyadas en un díptico que repartieron a los participantes, Laura Díaz, Eva Friera y María Jesús Álvarez fueron exponiendo las líneas maestras de lo que quieren que sea su colegio: «Un centro de Primaria de pedagogía activa, que respeta al máximo el desarrollo individual de cada niño/a y presta especial atención al autonocimiento y las habilidades sociales». Donde, entre otras cosas, los niños «aprendan a aprender, se conceda gran importancia al desarrollo artístico, con especial atención a la educación emocional y siendo un centro abierto a la comunidad».

«Aquí no se va a escoger a las familias por pedigrí. Lo que nos une es una profunda reflexión sobre el sistema educativo y la sociedad actual, que nos ha llevado a apostar por un concepto nuevo de escuela», explicó por su parte María Jesús Álvarez, quien también advirtió que las líneas principales (dónde estará el colegio, cuántos niños podrán matricularse, cuánto habrá que pagar) dependerán siempre del interés que despierte la idea. «El tema económico, aunque está estudiado, dependerá siempre de cuántos seamos. Pero, por ahora, lo que tenemos claro es que si Educación nos da el visto bueno a la idea empezaremos como un centro privado autogestionado por una cooperativa».

El proyecto ya está en fase de echar a rodar y hoy mismo habrá en la Escuela de El Bibio una segunda reunión, esta vez con educadores que estén interesados en el proyecto. Un día después, el jueves, los impulsores de la cooperativa tienen una reunión concertada con el concejal de Educación, Justo Vilabrille; la reunión que hace dos meses solicitaron a la Consejería de Educación aún no tiene respuesta, pero no desesperan.

Tras una exposición lo más detallada posible sobre el meollo del proyecto, las impulsoras de la idea recogieron cerca de una treintena de contactos de familias que están interesadas en seguir de cerca la evolución del colegio y la viabilidad de la cooperativa que, en todo caso, aún tendrá un curso de margen puesto que la idea no puede arrancar, cuando menos, hasta el curso 2011-2012. «Eso nos obliga a ponernos las pilas, porque este es un proyecto con un horizonte inmediato. Va a ser costoso, pero merece la pena; teniendo en cuenta lo que queremos conseguir, motivación no nos va a faltar», decían algunas madres. Y «L'Andolina» echó a andar con la sensación de que «aquí también puede llevarse a cabo un proyecto que no sólo funciona en Finlandia; también en otros muchos sitios de España».