Estamos asistiendo a una situación paradójica, tras el nefasto año económico 2009 en que el PIB español bajó el 3,6% y el paro aumentó en un millón de desempleados, en 2010 la caída se frena y detiene, y la obsesión europea por contener rápida y drásticamente el déficit -a merced de los especuladores por no haber concretado medidas de coordinación financiera, tras cumbres y más cumbres para hacerse fotos- provoca recortes sociales, la mayoría tardíos e injustos.

La Comisión Europea, a lo que se ve tan lerdos como sus gobiernos, quiere que España especifique medidas en los presupuestos de 2011 que sean equivalentes al 1,75% del PIB (unos 20.000 millones de euros), para cumplir sus nuevos objetivos de reducción del déficit público, si bien la deuda pública española (suma acumulada de los déficit anuales) es del 60% del PIB -la mitad que Grecia, Italia o Bélgica- y más preocupante es la deuda de particulares, en torno al 150% de nuestro PIB.

UGT y CC OO han convocado huelga general para el 29 de septiembre. Lo cierto es que los países con un mercado laboral más flexible tienen mucho menos paro, como USA u Holanda. Vaya papeleta para CiU, que ya ha anunciado por medio de Durán en Madrid que se opondrá a los presupuestos de 2011, antes de saber qué cuentas se presentarán, porque Zapatero está agotado, y por eso le han permitido seguir gobernando con su abstención.

Un apartado polémico es la subida del IVA ¿servirá para reducir el déficit por mayor recaudación? O por el contrario, ¿bajará la actividad económica y/o su declaración y aumentará el déficit?. Desde luego no podemos fiarnos mucho de los presuntos expertos economistas, que vienen equivocándose año tras año en sus previsiones de crecimiento y empleo para el siguiente, y solo aciertan previendo el pasado, cuyas recetas quieren aplicar a nuevas crisis económicas, nunca exactamente iguales.

También se habla de «corralito», congelación de los depósitos bancarios, lo cual es exagerado para el conjunto financiero español, pero quizás no ande alejado respecto a las cajas de ahorros, cuyas fusiones virtuales y aceleradas son como la punta del iceberg, sabemos que bastantes están muy mal, ¿pero sabemos en qué profundidad lo están? En este río revuelto parece que están ganando Cajastur y Caja Madrid.

Otra curiosidad es comprobar cómo gobernantes izquierdistas europeos, que se llenan la boca hablando contra el libre mercado, no saben qué hacer y hacen cualquier cosa por «tranquilizar» a los mercados; quieren al mismo tiempo mantener la ideología antisistema, y presumir de ser los mejores gestores del sistema. Patético. Ahí tenéis a la mujer del honorable cordobés José Montilla, que gobierna Cataluña en coalición con los independentistas de ERC, cobrando dietas por 16 cargos representativos.

Lo más pintoresco ha sido lo de Gallardón, el alcalde de Madrid: su última extravagancia son papeleras electrónicas de 1.200 euros, y ha encargado más de 60.000 para sustituir todas las que puso Álvarez del Manzano, con un coste de 72 millones de euros. Por fuera son parecidas a las antiguas, pero por dentro incorporan un chip que avisa de posibles incidencias: ¿Y no será una grave incidencia tener alcaldes y presidentes autonómicos así...?