Presidenta de la ONG Movimiento por la Paz y el Desarme, fue senadora y europarlamentaria

Eloy MÉNDEZ

Símbolo de la lucha obrera y asociativa durante la Transición, Francisa Sauquillo fue una adelantada a su tiempo por su empeño en conseguir la igualdad de género. La presidenta del Movimiento por la Paz y el Desarme dio ayer una conferencia sobre la situación de la mujer en África dentro de la VII Escuela Rosario de Acuña. La política socialista defendió que la verdadera democracia «sólo se consigue cuando se acaba con la discriminación social».

-El camino hacia la igualdad en África se presume largo.

-También ocurre eso en otros continentes. En el continente asiático, por ejemplo. Lo que ocurre con África es que ahora las mujeres españolas la estamos descubriendo ahora. En esta última década, hemos avanzado mucho al respecto, porque han empezado a venir a nuestro país emigrantes subsaharianos. Por otro lado, a partir de los encuentros «Por un mundo mejor», que empezaron en 2006, las españolas hemos descubierto la realidad de las africanas, que nos recuerda mucho a la que vivíamos nosotras en los años 60.

-¿Cómo se lucha por la igualdad en zonas donde se incumplen por sistema los Derechos Humanos?

-En los países subsaharianos de África existen tres grandes zonas: la anglófona, la francófona y la lusófona. En el primer bloque, hay mayor participación femenina, que es menor en las antiguas colonias franceses y prácticamente inexistente en las que fueron portuguesas. Pero la gran transformación del siglo XXI es la aparición de una red de mujeres que trabaja conjuntamente en África convencidas de que no va a ver democracia en sus países si no cuentan con ellas. No va a existir democracia si no se da una situación de igualdad entre hombres y mujeres. En España eso ya lo hemos vivido. No hubo democracia real hasta que las mujeres no empezamos a participar en la vida pública y privada en igualdad.

-¿Cómo se canaliza la ayuda del gobierno español a la mujer africana?

-En el plan estratégico que ha hecho en la secretaría de Estado de Cooperación al Desarrollado se han tenido en cuenta todas las últimas conferencias sobre igualdad desde el año 1995. Este plan recoge varias líneas: aumentar el empoderamiento de la mujer, luchar contra la violencia machista y mejorar el bienestar social. Este plan desarrolla varios programas centrados en las ayudas a mujeres que quieren montar sus propias empresas, en la mejora del nivel educativo y sanitario...

-¿A qué problemas se enfrenta la inmigrante africana en España?

-El perfil emigratorio de África ha cambiado en los últimos años. Al principio, los inmigrantes que venían eran mayoritariamente hombres. Ahora ya hay muchas mujeres. Además, tenemos una percepción equivocada sobre la formación de los inmigrantes. Muchos y muchas están capacitados profesionalmente. Lo que ocurre es que ellas aquí trabajan en servicios domésticos, en su mayoría. Además, está el problema de la trata de mujeres. Contra esto debe lucharse desde el ministerio del Interior y las ONG.

-¿Cómo se puede reducir el alto índice de maltrato machista en la población extranjera?

-Los africanos son, en general, menos violentos. Los casos de violencia de género se producen sobre todo entre población latinoamericana. Este fenómeno se debe fundamentalmente a dos fenómenos. Por un lado, aquí existe una sociedad más abierta y muchos hombres no aceptan que la mujer tenga los derechos que no tiene en sus países. Además, muchos hombres ejercen violencia sobre la mujer por una cuestión de supuesta honra. Para evitar, por ejemplo, una separación.

-Este año, las muertes por violencia se han disparado y hay menos denuncias. ¿Ha fracasado la ley impulsada por Zapatero?

-La ley no es un fracaso, pero no soluciona todos los casos. Creo que ha sido una ley positiva que España ha intentado trasladar al resto de la Unión Europea. Quizás haya que replantearse los cauces para presentar las denuncias. Para empujar así a las mujeres a que alcen la voz.

-¿Por qué se debate ahora sobre la prohibición del burka?

-Es un debate extemponteráneo. Yo en Madrid nunca he visto un burka. Creo que debatir sobre algo que no existe no es primordial. Ahora bien, el burka oculta a la mujer y, detrás de eso, puede ocultar problemas de violencia o delincuencia. Pero creo que ese debate está mal planteado y no debía haber tenido lugar aquí y ahora.

-¿Está de acuerdo con prohibir el velo en los centros educativos?

-Para mí lo fundamental es que las niñas estudien. No creo que llevar velo sea un delito. Lo importante es que prime la educación.

-¿Qué pasos hay que dar para lograr la concialición familiar y laboral?

-Para lograr una mayor conciliación es clave desarrollar una buena política de guarderías. Además, en España hay que ajustar ya los horarios laborales. Es decir, que todos trabajemos, pero menos jornadas.

«La polémica sobre el burka es extemporánea, es debatir sobre un problema que no existe»

«Hay que pensar ya en un ajuste de los horarios laborales para facilitar la conciliación»