R. VALLE

Pedro Sanjurjo le daba ayer especial trascendencia, al presentar el PGO, al hecho de que Gijón mantenga un 73% de su territorio como suelo no urbanizable. Y con dos porcentajes a destacar: un 24% de suelo de especial protección y un 30% de suelo de interés. «Aquí se demuestra la voluntad de mantener un modelo de ciudad compacta que consuma el suelo imprescindible», indicó Sanjurjo. En esas tres cuartas partes de suelo no urbanizable de Gijón vive el 3% de la población mientras; el 97% restante lo hace en la otra cuarta parte del territorio de Gijón.

Tras las recientes inundaciones que ha sufrido Asturias tiene más trascendencia detectar que este nuevo Plan General de Ordenación incluye dentro del suelo no urbanizable de especial protección un espacio, que se corresponde con el cinco por ciento del territorio local, que impide la construcción dentro de los denominados corredores fluviales para evitar cualquier tipo de riesgo en zonas inundables. Sanjurjo quiso dejar claro en la presentación inicial de los suelos del nuevo PGO que esas áreas de protección en las cuencas de los ríos Piles y Pinzales fueron diseñadas de acuerdo con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico mucho antes de los planteamientos de seguridad que ahora se analizan en otros municipios tras las terribles consecuencias de las lluvias de las últimas semanas.

Además, el plan consolida un espacio de reserva ambiental que a partir del proyecto que desde hace años impulsa el Ayuntamiento a través de la denominada iniciativa «Arco medioambiental», genera un gran corredor verde que hace de frontera entre la ciudad consolidada y los suelos no urbanizables. Un corredor desde el que se garantiza la atención a los espacios protegidos y a la vegetación autóctona. También se garantiza la protección de todo el suelo costero como un elemento definitorio de la identidad gijonesa.

Tras la reunión de la Comisión de Urbanismo, Sanjurjo hacía una presentación pública del marco general del PGO en el salón de recepciones del Ayuntamiento junto a otros compañeros de gobierno. Entre ellos el líder de IU, Jesús Montes Estrada. El socio de gobierno dejaba claro su apoyo a un documento que defiende «un modelo de ciudad con tres factores fundamentales: la consideración de Gijón como cabeza tractora en materia industrial de Asturias, el mantenimiento de la vivienda de protección como un elemento fundamental y la trascendencia de los elementos relacionados con el medio ambiental. Y estamos hablando de bosques autóctonos, no de eucaliptos». Mucho menos satisfechos están los concejales del Partido Popular. Pablo Fernández mostró su disgusto tras ver que es «más de lo mismo, cuando lo que tenía que verse aquí son cambios de modelo de ciudad». Para el edil popular, «los objetivos de una ciudad compacta y más sostenible no se ven». Un más de lo mismo que no es motivo de sorpresa para Pedro Sanjurjo, que desde el principio dejó claro que éste «es un PGO coherente, sin saltos al vacío».

Las polémicas vecinales de planes anteriores, que generaron una gran conflictividad social en la zona rural y el desarrollo de las denominadas «marchas verdes», han llevado al equipo de gobierno a avalar su negativa a ampliar la capacidad edificatoria en los núcleos rurales a partir de un amplio proceso de investigación sobre la actual realidad de ese 12% del suelo gijonés. Según los datos aportados ayer por el edil socialista de Urbanismo, en las parroquias gijonesas hay 156 núcleos rurales con 3.900 viviendas construidas en la actualidad y la posibilidad, a partir de la legislación vigente, de que se construyan otras 4.700 viviendas.

Unas cifras que les parecen más que suficientes al equipo de gobierno para mantener la filosofía marcada en la ley del Suelo del Principado de garantizar la permanencia y actividad de los habitantes tradicionales de esos espacios. «Y no como una alternativa de realojamiento para los habitantes del ámbito urbano», dejó claro Sanjurjo en referencia a la construcción de segundas viviendas. Las fichas con los datos concretos de cada uno de esos 156 núcleos rurales se integrarán en el expediente completo del Plan General de Ordenación.

A la defensa de esa fórmula de vida tradicional en el ámbito rural se suman los suelos de interés, que alcanzan el 30% del territorio global con una reserva del 18% para suelos de interés agropecuario y un 8% para suelos de interés tradicional rural. «Todo ello es garantía suficiente para la pervivencia de la actividad agrícola y ganadera en el concejo. El PGO no va a ser un obstáculo para ese sector», sentenció el edil socialista de Urbanismo.

A partir de la presentación formal de este esquema general del Plan Urbano, los concejales de los tres grupos municipales volverán a reunirse los días 8, 16 y 23 de este mes para analizar aspectos cada vez más concretos de la documentación que debe regir el desarrollo de la ciudad en la próxima década. El objetivo es que el Pleno dé su aprobación inicial al documento el día 30, para que pueda salir a información pública. Mientras, los responsables técnicos municipales del área de Urbanismo están dando contestación a las sugerencias presentadas por los vecinos al documento de prioridades, y los integrantes del gabinete jurídico siguen adelante con los recursos planteados contra las sentencias que han generado la anulación del plan del 2007.